(Por Carlos Villalba*)
“Les exigimos que actúen de inmediato, para acabar con los paraísos fiscales
y garantizar que quienes los mantienen y los explotan rindan cuentas.
Como demuestra la filtración de los ‘Papeles del Paraíso’,
varios billones se siguen desviando a los lugares más oscuros de la economía mundial
a fin de evadir impuestos.
Es una de las injusticias más grandes de nuestro tiempo,
que permite a los ricos mantenerse al margen,
mientras todos los demás pagamos por un sistema de sanidad y de educación
y por proteger a los más vulnerables.
Hoy tenemos una oportunidad de ponerle freno mediante
un acuerdo internacional que ilegalice los paraísos fiscales
e imponga sanciones y penas de prisión a los evasores de impuestos.”
Párrafos de la carta el ex premier británico Gordon Brown al presidente argentino Mauricio Macri, con motivo de la reunión del G20 a realizarse en Bariloche, Río Negro, Argentina, en 2018.
“Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y alguna más. Y al principio de esa noche vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar”. Se acaba el jueves 15 de septiembre del año bisiesto de 1492 y Cristóbal Colón comienza a escribir en su diario de a bordo. Su brújula perfecta había dejado de indicar el Norte en medio de esas aguas misteriosas en las que nada sopla y las algas entorpecen aún más la navegación. El genovés que sigue los rumbos mapeados por los portugueses y busca oros por cuenta de la Católica de España, nomina al lugar como “Mar de los Sargazos”.
La leyenda seguirá a lo largo de los siglos y las algas sargasumm verán cómo los terrores las reemplazan por un “mar del miedo”, un “cementerio de los barcos perdidos” o por “la latitud de los caballos”, en la que al acabarse los alimentos de las flotas, las tripulaciones que tenían la suerte de llevarlos a bordo, los sacrificaban para alimentarse con sus carnes dulzonas y correosas.
Los mapas mejoran, los límites se hacen precisos, las leyendas cambian el derrotero. En la misma zona desaparece un escuadrón de cinco aviones de la Marina de los Estados Unidos, un barco navega al garete sin tripulación, otro se desprende de su tumba en el lecho del mar; las aeronaves perdidas se cuentan por decenas, las personas desaparecidas por miles, en ese triángulo con profundidades de hasta 7.000 metros. Las cartas náuticas hablan ahora de “El Triángulo de las Bermudas”, porque uno de sus vértices se ubica en el archipiélago de ese nombre. San Juan de Puerto Rico y Fort Lauderdale en la península de La Florida, son los otros dos.
El tiempo siguió su curso; las algas, las carnes de caballo, los barcos fantasmas, dejaron lugar a otras situaciones y otros actores. Los tesoros de corsarios y piratas ya no se constituyen con metales preciosos tomados por cuenta propia o de reyes, ahora son acciones, valores no transportados en galeones sino a través de rutas de evasión y ocultamiento. Muchos de los lugares “físicos” a través de los que licúan sus identidades y desaparecen los dineros mal habidos coinciden con las plazas fuertes del pasado, como las islas del Caribe. El archipiélago de Bermuda, con sus más de 150 islas, entre ellos.
Los nuevos “tesoros” vuelven a ocultarse allí. Muchos grupos económicos -igual que numerosas estructuras mafiosas- realizan prácticas ilegales, como mínimo elusivas de impuestos, que van desde el contrabando o el pago de sobornos a los agentes recaudadores, hasta la “fuga de capitales”, el giro al exterior de activos a través de canales que proveen los grandes bancos internacionales hacia las guaridas fiscales, como las que usó el estudio Mossack-Fonseca destapado en 2015 o el Bermudas Appleby, desnudado el año pasado. Los traficantes de armas, drogas, diamantes, los tratantes de personas, hasta la patota genocida de la ESMA argentina usan el mismo camino que Macri y sus ministros, sus fortunas descansan en esos nidos. (1)
Ministros con la manzana de Eva
El español, Juan Bermúdez llegó a aquellas islas en 1505; quedaron bajo control hispano hasta el siglo XVII, cuando se asentó una colonia británica en medio de una historia de temporales y naufragios, y hoy constituyen uno de los 17 territorios británicos no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, creado con el fin de eliminar el colonialismo, al que Londres no respeta, como tampoco lo hace con los territorios argentinos de Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur.
Como sucedió en 2016 con los “Panamá Papers”, en octubre del año pasado, los “Papeles del Paraíso” que explotaron en Hamilton, capital de la colonia inglesa, volvieron a comprometer a la administración Macri, esta vez porque se confirmó que dos de sus ministros manejaron cuentas desde esa guarida fiscal. (2)
- El titular de la cartera de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren, fue director de, al menos, dos de las empresas sacadas a la luz por los “Paradice Papers”: “Sol Antilles y Guianas Limited” y “Shell Western Supply and Trading Limited”, subsidiaria de Royal Dutch Shell PLC y principal adjudicataria de la compra de gasoil por parte del Gobierno del que forma parte. Fue propietario de $16 millones en acciones clase A de la casa matriz anglo-holandesa hasta nueve meses después de asumir su cargo y fungió como su CEO hasta horas antes de asumir. Al día siguiente, como funcionario, debía negociar y regular sus actividades; en pocos meses le adjudicó 15 licitaciones por más de u$s 150 millones.
- El ministro de Finanzas de la Nación, Luis Caputo, resultó ser administrador de los fondos de inversión Alto Global Fund y Argentina Fund, registrados en las Islas Caimán, además de administrador de Noctua Partners LLC, encargada de fondos de inversión en Miami con conexiones a Delaware, uno de los paraísos corporativos, de secreto financiero y beneficios fiscales de EE.UU., actividad sobre la que no informó en la declaración jurada obligatoria al ingresar al servicio público.
El hilo de su madeja no se corta ahí. Una de las firmas intermediarias de Noctua Partners, gerenciadora de fondos de Miami, es Axis Sociedad Gerente de Fondos Comunes de Inversión, creada y manejada por el ministro financiero que, supuestamente, se desvinculó del mismo cuando trasladó su portafolio al edificio de Hipólito Yrigoyen 250, aunque se lo ha visto más de una vez en el inmueble de Godoy Cruz 2980 en que Axis alquila los pisos 4 y 5 desde 2016.
Además de la conexión offshore -minimizada por Macri y sus socios cada vez que quedan al descubierto- el jefe de las finanzas de la Argentina está denunciado por la transferencia, desde el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, integrado por el propio funcionario, de $ 540.693 a Axis en carácter de comisión por el manejo de la inversión canalizada a través de esa sociedad offshore de $ 90.115.538 del organismo que administra los fondos de los jubilados.
Al asumir, Macri instaló al primo de su “hermano de la vida” al frente de la negociación con los fondos buitre en el juzgado neoyorkino del recién fallecido Thomas Griesa, quien siempre laudó contra los intereses argentinos. Caputo había asesorado a agencias internacionales sobre las decisiones del gobierno de Cristina Kirchner frente a los reclamos usurarios; del otro lado del mostrador, pocos meses después coronó la gestión con la entrega de u$s 12.500 millones al 7% de los acreedores que, con información privilegiada, habían rechazado lo aceptado por el 93% restante.
Retorno a los infiernos
Las guaridas fiscales saltaron a la fama en la Argentina con el contrabando de autos de la familia Macri y con el tráfico de armas a Croacia y Ecuador del presidente Carlos Menem, dos de las máculas de la década de los 90. Por ese, motivo entre 2003 y 2005, la Inspección General de Justicia prohibió las sociedades ultramarinas, por considerar que su uso debe interpretarse como “presunción de delito”. Sin embargo el actual gobierno busca el regreso de las offshores y la propia IGJ armó un equipo destinado a desarmar las resoluciones creadas entre 2003 y 2015, destinadas a la prohibición de sociedades fantasmas y a la “protección de terceros”.
El ocultamiento de fortunas en esas cuevas no constituye un mero ejercicio de encubrimiento de riquezas por parte de los grupos económicos o de familias y empresas poderosas del país; en primer lugar son un mecanismo de evasión de obligaciones impositivas que debían rendirse en la Argentina, y que el país debería invertir en salud, vivienda, educación, agua potable, planes sociales… En segundo término, se apoyan en acciones ilegales, desde el contrabando hasta los dividendos de cualquier tipo de tráfico prohibido.
En tercer lugar, los centenares de miles millones de dólares (entre 300.000 y 500.000 según la investigación que se consulte) sacados del país de manera legal o ilegal constituyen el producto de una matriz productiva dominada por las corporaciones que hoy manejan el país sin intermediaciones, orientadas a la especulación y la fuga, con muy escasa o nula inversión, con poca o nula generación de trabajo genuino y con menos distribución de la renta obtenida entre sus trabajadores, sin promoción de un desarrollo tecnológico local y favoreciendo la generación de monopolios y oligopolios en la producción y los mercados, con la consecuente fijación arbitraria de precios, lo que además confluye en el incremento de la inflación. (3)
Las guaridas fiscales, esos paraísos en los que descansan casi todos los principales funcionarios nacionales y muchos provinciales y municipales, no solo son un reservorio delictivo semejante a la cueva de Alí Babá, sino que explican las dificultades endémicas del país para avanzar por un camino de desarrollo independiente y constituye una de las causas estructurales de las crisis económicas cíclicas que padece el país.
La situación terminó de consolidarse a partir del “blanqueo” de capitales sin repatriación decidido inconstitucionalmente por Macri.
Un ciclo perverso del que sólo se beneficia un pequeño grupo de conglomerados económicos, bancos y personas -algunas de ellas en ejercicio de funciones públicas- y que culmina con el proceso de fuga de capitales. Durante los primeros 10 meses de 2017 se aceleró la velocidad de esa salida, llegando a u$s 7.677 millones, 28% por encima del mismo período de 2016 y 152% si se lo compara con iguales meses de 2015. El cálculo de fuga durante los 24 meses de macrismo asciende a u$s 35.000 millones. Se escurren de la economía argentina u$s 1.280 millones por mes, contra los 508 que zarpaban de las arcas locales hacia las mismas guaridas dos años atrás. Esos “bolsos” de recursos argentinos fugados suman depósitos offshore de recursos originados en el país que se estiman en más de u$s 380.000 millones.
La Comedia del Dante
La Divina Comedia fue escrita por Dante Alighieri, un florentino nacido en 1265, enamorado -sin ser correspondido- de Beatrice Portinari, a quien conoció en 1272 cuando tenía 9 años y ella 8. La obra intenta mostrar un proceso de perfeccionamiento hacia la conquista de la felicidad y reúne el saber de occidente hasta el momento de ser escrita, recorriendo mil y una historias asombrosas hasta llegar al paraíso.
Esa conquista, aunque menos romántica, etérea y piadosa, es la que buscan los grupos económicos concentrados, sus accionistas y principales gerentes, para alojar sus dineros en paraísos que, por no ser como el relatado por Dante, merecen el nombre de guaridas, en verdad guaridas fiscales, porque eximen del pago de impuestos, permiten ocultar la identidad de sus moradores y, sobre todo, el origen de los recursos. El de Mauricio Macri, con el propio mandatario a la cabeza, es un Gobierno cómodamente alojado en el paraíso de las guaridas fiscales, con decenas de sus componentes denunciados, indagados o imputados por actividades financieras ilícitas.
Por ese motivo, cuando al fin se destaparon los Panamá Papers -que instalaron en la agenda global la problemática de la evasión impositiva, el lavado de dinero y la fuga de capitales- y, más recientemente, los Papeles del Paraíso, los capítulos “argentinos” de cada uno, que vinieron a sumarse a los SwissLeaks (Lista Falciani), se parecieron a las páginas de la guía telefónica de la crema social local.
Si se analizan los SwissLeaks, como lo hizo un año atrás el blog de periodismo de datos que tutela la socióloga María Soledad Escobar, se tropieza con grupos y apellidos como Cablevisión, Multicanal, Fortabat, Loma Negra , Central Puerto, Telecom, Edesur…
¿Otra deuda impagable?
El regreso al cenit político administrativo del capital financiero con la llegada de Macri y los suyos, trajo aparejado el crecimiento exponencial del endeudamiento externo, asociado de manera planificada a la especulación y la fuga de capitales. La banca transnacional aporta el herramental necesario para desarrollar ese modelo de extracción de la riqueza producida en el país, es la encargada de vender los títulos externos y, además, de proveer las cañerías de evasión y giro a las guaridas fiscales. Sus representantes dejaron de ser “lobistas” para convertirse en ministros, secretarios y subsecretarios de Estado de Mauricio Macri y su propio grupo económico.
El decurso de los 24 meses de su gestión es tan conocido como -hasta el momento- poco determinante en las decisiones electorales de la ciudadanía. Cada área de gobierno quedó en manos del delegado de un grupo económico implicado en esa actividad, sin que los organismos de contralor del Estado consideren que haya incompatibilidades entre estar en un lado y del otro del mostrador. El círculo de hierro de las decisiones presidenciales quedó conformado por amigos del mandatario asociados a grupos económicos transnacionales.
En paralelo y sincronizado, la deuda externa creció de manera exponencial; desde el inicio de la gestión, si a la emisión del Tesoro Nacional se agrega la renovación de vencimientos y la emisión de provincias y empresas, los títulos de deuda externa en moneda extranjera a partir del primer baile de Macri en el balcón de la Rosada llegan a u$s 159.000 millones, a lo que debe sumarse los 47.000 millones presupuestados para el corriente año, de los cuales ya se lanzó el jueves 4 de enero la emisión de otros 15 mil millones a partir de bonos con jurisdicción en EE.UU. e Inglaterra, con lo que el país renuncia a la defensa de inmunidad soberana.
Esos números instalan al país en el primer puesto del ranking mundial de endeudamiento y eleva el monto global de deuda hasta las nubes de tormenta cercanas a los u$s 400.000 millones. El peso de la deuda comparada con el Producto Bruto saltó del 14.20% en el 2015 premacrista al 19.50% actual, tres puntos en solo dos años, una velocidad que preocupa a los analistas de cualquier pelaje ideológico.
Ese endeudamiento está destinado a cubrir los vencimientos de su propio pasivo externo y a financiar gastos corrientes del Estado Nacional y de las provincias, deficitarios tras la eliminación de las retenciones de mayor peso como las de la soja y otros agroproductos y de las mineras, junto a la menor recaudación tributaria provocada por la caída del nivel de actividad. La “operación” le cuesta al conjunto de los argentinos intereses el equivalentes a u$s 11.500 millones de dólares anuales.
El 75 % de esa deuda estatal financió la salida de capitales por giro de utilidades y dividendos, turismo y a través de la renacida bicicleta financiera que, con las tasas de interés del Banco Central -ahora cuestionadas en la cima de la administración-, induce a tomar deuda en dólares, comprar letras en pesos y, después de multiplicarlo por el interés que otorga Federico Sturzenegger (13,3% anual en dólares), comprar dólares con esos dividendos y sacarlos camino del Paraíso. Ese “pase” se chupó el 86% de la “inversión” especulativa que entró a la Argentina y de la que se florean Macri y sus gerentes, cuyas empresas mandantes hacen la diferencia.
Una lista que quema
La licenciada Laura Alonso se instaló en la poltrona principal del organismo rector de la “Ética Pública”, la “Transparencia” y la “Lucha contra la Corrupción”, a través de un procedimiento reñido con el conjunto de acciones sustantivas que debe ejercer, ya que el Presidente Macri decidió generar un decreto ad hoc, para suprimir la exigencia del título de abogado y generar el “requisito”, genérico y ad hoc, de “poseer título universitario”.
La politóloga afiliada al PRO, en lugar de investigar las denuncias contra su jefe y el resto de los funcionarios, una y otra vez emite comunicados en los que asegura que los actos de sus correligionarios no conllevan delito alguno. Del mismo modo que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, invierte la carga de la prueba contra cualquier opositor, lo considera “culpable” y afirma que las fuerzas de seguridad no tienen que demostrar su inocencia ante situaciones como el asesinato del joven Rafael Nahuel en el marco de un operativo de la Prefectura Naval Argentina en Villa Mascardi.
Alonso, por ejemplo, afirma que la tenencia de cuentas y empresas offshore “no configura irregularidad alguna” algo que, para no ser falso, debe sustentarse en certezas previas sobre el origen de los fondos, la posible elusión impositiva y hasta la vinculación entre esos dineros y las decisiones de gobierno de los propios tenedores de esas acciones que revistan en la actualidad en la administración pública.
El razonamiento lleva a la oficina “anticorrupción” a desestimar acusaciones tras “investigaciones” exprés o, directamente, a desechar las imputaciones contra los funcionarios de su propio partido político.
El listado de responsables de irregularidades, presuntos delitos financieros y, ni qué decir, acciones privadas incompatibles con sus funciones estatales, es largo y lo encabeza el propio mandatario, sus empresas y sus familiares directos. Macri y un grupo de funcionarios de primera línea, de manera directa o por intermedio de testaferros, tienen 15 sociedades ultramarinas, cifra que se amplía a 50 si el barrido alcanza a todo el grupo Socma y a sus primos. Así lo demostraron investigaciones de medios como Página 12, La Nación, El Destapeweb, Infoeconomico.com, del diputado neuquino por el Frente para la Victoria, Darío Martínez y del autor de esta nota.
Esa red no declarada abarca 11 guaridas fiscales, con 29 sociedades en Panamá, tres en Hong Kong, cuatro en Uruguay, tres en el estado de Florida (Estados Unidos), cuatro en Bahamas, dos en Gran Caimán y una en Londres, Nueva York, Belice, Dubái y en British Island.
A todo esto, Gianfranco, hizo uso del derecho inconstitucional impuesto por su hermano presidencial y blanqueó 622 millones de pesos de 2016 (4). A juicio de Horacio Vertbisky su declaración ante la AFIP, cinco veces mayor a la cifra reconocida por el mandatario, “pone en evidencia que el presidente sigue escondiendo una parte significativa de su fortuna”, o que parte de ese dinero “no es de verdad suyo”. La madre y dos hermanas de Juliana Awada, también se valieron de la decisión familiar para poner a recaudo legal parte de sus bienes.
Por su parte, el tío presidencial, Jorge Blanco Villegas, manejó una empresa en Islas Vírgenes Británicas entre 1997 y 1998 (Conklin Pacific Ltd), vendida en una fortuna que años después fue heredada por el sobrino.
La relación entre las listas de blanquedores, funcionarios, banca transnacional y nacional y canales de fuga, permitirán analizar “la corrupción en tiempos de Macri”; seguramente tema de una próxima nota.
Telón de fondo
La situación de endeudamiento y fuga a la que es sometido el país, conduce al análisis del decurso de los hechos, de los tiempos y las formas que adoptará el final de etapa, teniendo en cuenta las eclosiones financieras, que arrastran de modo inevitable a crisis sociales, con hambre, desnutrición, desocupación y desesperación. Coyunturas que conducen a reacciones difíciles de contener, sobre todo para modelos de control social que solo contemplan la violencia institucional, el armamentismo y la represión.
Deuda y fuga, venta de bonos y blanqueo, cuentas offshore y ministerios, son todos casilleros que llenan las mismas corporaciones. Desde el 10 de diciembre de 2015, esos grupos económicos concentrados se sientan de los dos lados del mostrador. Los bancos son los mismos, al igual que quienes facilitan la fuga -como quedó demostrado con la investigación del colador del HSBC-, los encargados de colocar los bonos en dólares que emite el equipo financiero que maneja el país y la corporaciones cuyos representantes que se sientan en las poltronas más importantes del gobierno.
El global de fuga ronda los u$s 500.000 millones; el INDEC achica la cifra a 262.343 millones que, con recorte y todo, ya equivalen al 44 por ciento del PIB. En tiempos kirchneristas esa salida de recursos se financiaba con superávit comercial; el macrismo, deficitario en cuenta corriente y balanza de pagos, lo hace con endeudamiento externo. Las decisiones finales perdieron soberanía para anidarse en las imposiciones de los acreedores externos especulativos, cuyas divisas se destinan a pagar importaciones, solventar ya sin límites la remisión de utilidades y dividendos de las corporaciones y a cancelar los intereses que genera la propia deuda y a alimentar la fuga de capitales.
Los formatos impuestos por las finanzas especulativas del mundo, con el aval e influencia del FMI, junto a la abundancia de capitales especulativos golondrina, permiten que continúe la llegada de préstamos. El volumen de endeudamiento alcanzado y la celeridad con que se produce, analizados contra los hechos del pasado reciente y los preparativos oficiales del presente, parecen mostrar que no hay luz al final del túnel.
Una vez que los acreedores decidan pasar “por caja” -y no solo llevarse el pedaleo que les aceita Sturzenegger cada mes-, con los tribunales internacionales a su favor y la resignación de soberanía acordada por Caputo, el gran capital internacional tendrá a disposición los activos estatales más preciados, las nuevas “joyas de la abuela”. Esos activos ahora radican en las reservas de Vaca Muerta, las de litio de Jujuy, Salta y Catamarca, las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, por YPF y lo que quede de Aerolíneas Argentinas y, muy especialmente, por la imposición de un modelo de reprimarización de la economía, con escasa distribución de renta, achicamiento del Estado y escala impositiva regresiva.
Se trata del modelo que coordina quien, para la versión argentina de la revista de finanzas “más influyente del mundo”, fue “el CEO del año”, Marcos Peña Braun. Forbes, que de esa publicación se trata, cometió el sincericidio de ubicar al gobierno de Mauricio Macri Blanco Villegas en su lugar exacto de su concepción: el de una empresa, configuración con la que confunden a un país y a un Estado. El anuncio sobre “¿Cómo piensa el CEO de los CEOs?”, exime de cualquier otra prueba.
Gracias a ese formato, que trasciende a los Durán Barba y depende de los grandes poderes económicos y financieros del mundo, sus ministros/representantes de corporaciones superan con facilidad los constantes conflictos de intereses que protagonizan y benefician la especulación transnacional gracias a la toma de deuda en dólares con velocidad récord y pago de intereses en pesos que paga el Banco Central. Esas “políticas” permiten a los especuladores desembarcar divisas, canjearlas por bonos y con los intereses que reciben comprar nuevos dólares y fugárselos hacia el Paraíso; al menos mientras no se acabe aquel túnel cuya luz del final no se ve.
* Psicólogo, investigador y periodista argentino. Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
- Carlos A Villalba. De la Argentina Offshore ESMA a Macri. http://questiondigital.com/de-la-esma-a-macri-la-argentina-offshore/
- Carlos A Villalba. http://questiondigital.com/mauricio-macri-su-gente-los-grupos-economicos-en-el- escandalo-mundial-de-los-papeles-de-panama/
- Halliburton, Eduardo. Radiografía de las Corporaciones Económicas 2003-2013. https://www.slideshare.net/IADERE/radiografa-de-las-corporaciones-econmicas-20032013
- 4. Horacio Verbitsky. El agujero negro del blanqueo. https://www.elcohetealaluna.com/shorthand_story/el-agujero-negro-del-blanqueo-el-cohete-a-la-luna-por-horacio-verbitsky-2/