Guapo como su abuelo, laburante como su padre y humilde tal cual a su madre. Manos así de grandes que no sólo expresan rimas, chistes o canciones. Una sonrisa que todo lo abarca, propia de aquel que lucha todos los días con alegría y humor. Desde que supo de las torturas del terrorismo de Estado quiso participar activamente en la política pero no encontró el lugar. El miedo se transformó en su mejor defensa: comenzó a escribir, a refugiarse en las letras que luego lo llevarían a ser uno de los kirchneristas más comprometidos. Desde los medios fue un militante de la palabra que dejó en “calzones” a más de uno. No fue gratis: él, y todos sus compañeros de 6, 7, 8, siguen siendo hostigados hasta por el propio Ministro de Cultura. No escatima en la autocrítica, en absoluto. “Es el momento de hacerla, como también es el momento de abrazarnos y encontrarnos”, asegura Carlos Barragán, quien tiene bien claro dónde estar… como el pasado jueves que le dio un besazo a Hebe de Bonafini cuando más los necesitaba.
Por Juan Esteban Kirchner / Fotos: Fiorella Tomasello
Desensillamos en su morada porteña una tarde tranquila. Despejada pero de invierno. El sol nos iluminó toda la charla mientras los mates nos despabilaban del deseo de la siesta. Unos ricos cigarros agregaron un tono arrabalero al encuentro. Sobrevolaba aire de campaña. Ningún objeto electrónico prendido confirmaba esa sensación. Durante el alba Carlos había ensayado unos tangos con amigos… las guitarreadas “me hace muy bien en estos tiempos” asegura, pero…
– Todos los días surge alguna noticia que te hace terminar mal el día, que marcan antecedentes feos. Como el caso del hombre que bajaron del tren por llevar un cartel. Fue una represión civilizada digamos…. Es como una represión consensuada, legitimada por parte de la sociedad. Pero se puede poner más jodido
La policía está funcionando como esos perros que imitan a sus dueños, que tienen como la misma onda. Hoy no hace falta que a la poli le digan todo lo que tienen que hacer. No. Ellos hacen lo que hacen sus dueños. La policía hoy está brava, trata mal a la gente. Eso está pasando y no se puede negar.
– Muy distinto a la dirección política que tenían unos meses atrás
– El bulldog estaba ahí. Estaban esperando. Ellos mismos estaban reprimidos por un Estado pacifista que los desarmaba. Se les dijo que a la gente no se le puede pegar y que tiene derecho a manifestarse. Pero eso se acabó. Es un buen ejemplo el de la policía: la mantuvimos a raya, pero no la pudimos cambiar. Eso llevado a otros campos funcionó igual.
– ¿Se hubiese podido cambiar a la policía? Por seguir tú ejemplo…
– Esa es la eterna pregunta. Al capitalismo lo tuviste más o menos controlado pese a las piñas que nos daba pero no llegamos a arreglos permanentes. Fue siempre un tironeo. Quizás siempre sea así, pero uno tiene una fantasía finalista: ‘en un momento vamos a instaurar en Argentina el reparto de la riqueza’ y no llegas nunca… estás todo el tiempo tratando de sacarle un centavo a Paolo Rocca y el tipo te tira tiros y cada tanto un centavo…
Hay muchas cosas viejas en la política que no se han podido cambiar. A veces hay sobreactuaciones para quedar bien. Hay cosas viejas… yo soy muy joven a la política pero supongo que es lo clásico: estoy acá, estoy allá, me acomodo. Voy y vengo. No creo tengamos que hacer una crítica moral a eso. Hay que hacerle una crítica a la dinámica en todo caso. Eso funcionó así durante décadas y a lo mejor es el momento de que no funcione más así. Somos un montón de personas que no nos gusta que funcione así.
Hay muchos que están esperando que el peronismo se junte todo… que se yo. También hay otra idea de que tenemos que unirnos todos en contra de Macri porque ellos vienen ‘a por nosotros’, como dicen los españoles. Nos vienen a sacar el churrasco, el pan, la mesa, el piso… todo nos van a sacar. Viven para eso: para sacarte todo y llevársela toda ellos. Entonces, contra eso hay que juntarse. ¿Pero cómo nos juntamos? Está también el riesgo de la pureza de los perdedores. Quizás no sirve para un carajo: me quedo puro, como yo quiero, pero pierdo y gana Massa. Pero al mismo tiempo: ¿Para qué lo quiero a Massa adentro?
– Agustín Rossi hace muy poco dijo: “Veo más kirchnerismo en la gente que en los dirigentes”.
– Claro… Acuerdo. Hubo muchos dirigentes que no eran kirchneristas. Sí hubo dirigentes dentro del kirchnerimo o bien lo siguieron. Hubo un montón de dirigentes kirchneristas que dejaron de serlo cuando perdimos. Ahí no sé si hubo traición, creo que hubo ‘sinceramiento’, tomando palabras de Durán Barba (estallan las primeras carcajadas).
Carlos no habla desde la certeza. Mucho menos desde la ciencia. Se pregunta. Nos pregunta, piensa y reflexiona. En esta nueva etapa, evidentemente, son más las preguntas que las respuestas. Van tan sólo unos minutos de charla y, pese al frío, tenemos que abrir las ventanas. Necesitamos un poco de oxígeno, no sólo por los puchos…
– ¿No te parece que vinieron muy rápido?
– Son rápidos y muy efectivos. Han sido muy efectivos políticamente. Uno pensaba que no lo eran y que no podían hacer acuerdos con nadie. Hicieron los acuerdos que quisieron y sacaron las leyes en cuatro minutos. Por supuesto que es más rápido destruir que construir, pero yo pensé que, como estamos hoy, íbamos a estar en dos años. Pero no, lo hicieron en menos de seis meses.
– ¿Cómo te parece, entonces, que fue nuestra construcción para que hayan podido avanzar tan rápido?
– Bueno, también está la idea de que son como una fuerza de ataque rápida que después se retiran y listo. Le pagaron a Singer, al campo, a Clarín y a todos sus socios. Listo, ya está. Pero igual te doy vuelta la pregunta:
¿Con qué están construyendo estos tipos? ¿Con gobernabilidad y estabilidad social? Sería estúpido pensar eso… estos tipos están construyendo con mierda. Esto se les va a caer, no tiene consenso y mucho menos estabilidad. La gente la va a pasar mal, la está pasando mal y la va a pasar peor.
Este gobierno es perverso. Dice pobreza cero y deja en la pobreza a cuatro millones de tipos en siete meses. Te dice que va a bajar la inflación y hay aumentos de 500%. ‘quédense tranquilos que sólo pagarán la luz 400% más’. El perverso disfruta cuando vos sufrís y el humor tiene cosas parecidas porque siempre lastima a alguien. El tema es que vos no te rías del pibe que se muere de hambre en la calle… y estos tipos se ríen de ese pibito y ahí entra lo perverso.
Volviendo a lo que hicimos nosotros, creo que hubo una construcción que fue maravillosa. Me refiero a la que se ve en los barrios: la militancia silvestre. El kirchnerismo que surge de la universidad de Cristina. El Frente Ciudadano se está haciendo solo. Tampoco estoy diciendo como un optimista fanático que viene el Frente Ciudadano y volvemos pasado mañana. Pero las agrupaciones de barrio hace tres meses no existían y hoy vas y son 100 tipos.
Hubo una construcción prácticamente biológica: Cristina tiró semillas y prenden… No sé si es de hierro, pero hay una cosa de la biología, hay algo de germinación. Germina con mucho contenido. Gente con muchas convicciones e ideas que analizan la realidad y el mundo. En el discurso del 9 de Diciembre Cristina le habló a la germinación, no a los dirigentes.
Ese kirchnerismo silvestre es lo suficientemente astuto para darse cuenta de que al tipo que no nos votó ya no podemos decirle ‘La Patria Es El Otro’, ‘tenemos más soberanía’ o ‘fuera yankees de Vietnam’. Los interpelás como dijo Cristina en Comodoro Py: ¿Antes comías asado todos los domingos? ¿Y ahora?
– ¿Perdimos más que una elección?
– Creo que el kirchnerismo, cuando perdimos, encontró todos sus límites: de su comunicación, de su política, su programa económico, sus fuerzas de base, de sus candidatos. Descubrimos los límites. Ahí sí me hago una autocrítica. Nosotros vivimos en una burbuja kirchnerista. Rodeados de compañeros, sin entender al tipo que no pensaba como nosotros. Tampoco nos interesó entenderlo: no le hablamos, no supimos qué decirle, lo despreciamos y a veces hasta pensábamos que era un boludo… Nos equivocamos mucho.
Estábamos entre compañeros, felices de la vida… en el mundo ideal. Pero nos olvidamos del elemento de derecha tan fuerte que tiene nuestro país. También me refiero a los despolitizados. El tipo que te dice que no le interesa la política siempre es de derecha, nunca vota otra cosa y hace cosas de derecha. Esa es una batalla muy difícil de ganar.
Lo viví muy de cerca, estuve ahí, en la comunicación. La verdad es que si había que aplicarle la ley a Clarín con los gendarmes yo mismo hubiese dicho que era una barbaridad. En algún punto somos demasiados liberales. Quizás hasta nosotros mismos no nos hubiésemos bancado ir un poco más a fondo. Tenemos prejuicios pelotudos. Porque de última son todos prejuicios, psicopateadas de la derecha…
¿Cómo te enfrentás a eso? Había que enfrentarse a la idea de que ‘todos somos el campo’ por ejemplo. Desde chicos nos aparece el campo ¿Te acordás de la composición de la vaca en el colegio? ‘la vaca nos da la leche’. El hombre del campo que parece una entidad pura. El hombre del campo y el ángel San Gabriel son como lo mismo… entonces es muy complicado discutir contra algo que tenemos tan instalado.
Todo el tiempo pienso que se hizo lo que se pudo. Y cuanto más tiempo pasa pienso que se hizo más de lo que se podía. Tanto Néstor como Cristina lo hicieron con muy poco acompañamiento propio. Lo hicieron a pesar de muchos propios. Ni hablar de la oposición, querías mover algo un centímetro y te decían que querías romperlo. Se hizo muchísimo a pesar de todo.
CONOCIMENTO POPULAR VS. VERDAD CIENTÍFICA
Llegamos a los 90. “A esta altura no hace falta tocarse el huevo izquierdo cada vez nombramos a Menem”, comento. Somos de otra generación pero el guiño es el mismo. Sonreímos. Nos criamos en esa misma verdad, donde había que conectarse con el mundo… sino estábamos afuera.
– La sociedad no es la misma que en el 2003, pero sí creo que nos estamos peleando contra el menemismo culturalmente. Estos muchachos no son menemistas en lo político. Menem era más vivo y hasta más humanista si lo comparás con estos tipos. Estos son un equipo de demolición. Y como equipo de demolición no sé si piensan a futuro… piensan en hoy qué hacen.
Pero lo que nos dejó Menem de malo son las ideas, caló muy profundo en la cultura. Individualismo, Miami, cómo se comporta la policía, quienes son los chorros de una sociedad, que es lo malo y lo bueno. El famoso sálvese quien pueda. Los medios, socios de Menem, construyeron la idea de que el problema de la política era la corrupción. Y no es así, porque si nadie se hubiese choreado un solo centavo en el gobierno de Menem hubiesen sido la misma mierda…
Hoy hay otra operación muy interesante que es asociar a la política con lo popular. Lo otro no es política, sino racionalidad. ‘Comé un poquito así de arroz’ y eso es racionalidad. Ahora, si comes todo lo que quieras de arroz es una joda… hasta en eso están. La idea de que fue una fiesta o que no te merecías pasarla tan bien. ‘Cometiste un pecado en ese disfrute y ahora la tenes que pagar’. Eso es lo más loco… gente que no tiene el dinero para pagar los servicios peroacepta el castigo. Es muy fuerte, tenemos un verdugo adentro.
Para encontrar alguna explicación podemos irnos un poco más atrás: la racionalidad es el gran paraguas que cubre todo. Con lo científico nos rompieron el orto en los 90. Y al populismo se lo acusa de irracional, de anticientífico. La pasa bien, disfruta, gasta la plata. La ciencia es el gran paradigma del conocimiento. Si vos no tenés un pensamiento científico sos un irracional o un tarado. ¿Que querés que te diga? Si lo científico sigue ganando en el mundo, el mundo se va al carajo…
ALLÁ LEJOS Y HACE TIEMPO
En el 83 le tocó la ya no tan conocida colimba. A los tres días de estar en ese internado falleció su vieja. Le dieron sólo 48hs. para acompañar a su familia: “Los milicos estaban de mente: yo tenía un FAL cargado con 40 balas adentro. Y los pelotudos se la jugaban a cualquier cosa”. Apenas se terminó aquel calvario se metió en la facultad de psicología… pero se define (y es) un autodidacta.
– De pibe era un tipo con ideas de izquierda salvajes. No tenía formación ninguna. Mi colegio era re milico. Pero surge la lectura de otras cosas porque mis viejos eran muy pobres. Quizás viene de ahí. Mi vieja era de Ensenada, muy pobre y con muchos hermanos. El abuelo era hijo de españoles cagados de hambre. Juntaba papas en Balcarce y hasta fue carrero de Martínez de Hoz en Chapadmalal. Gente muy de abajo.
Pero el abuelo Barragán era ferroviario, pero de cuchillo… era el guapo, el peleador, medio malo. Pero estaba del lado del la ley. Cuentan que la poli lo mandaba a él a buscar a los chorros. Le gustaba… era muy reconocido en el barrio. Las anécdotas cuentan que dejaba en calzones a los que enfrentaba, con el cuchillo les hacía zak-zak y los dejaba sin pantalones… una cosa muy graciosa.
Mi viejo estudió ingeniería, de clase media. Muy gorila. Tenía un buen puesto en una fábrica y se hacía amigo de los laburantes. Tenía un discurso gorila, el mismo que hoy se escucha, pero cada tanto hacía comentarios peronistas. Y tomé esa parte. Siempre me interesó el Estado, me parecía que el comunismo era una cosa muy ordenada. Creo que arranqué por ahí, por esa cosa infantil del orden, por lo colectivo y la igualdad como valores.
(¿Cuánta fotos vas a sacar Fiore? Si siempre tengo la misma cara…)
En casa no se hablaba de la dictadura, de hecho tengo el recuerdo muy claro del alivio que hubo en la sociedad, en mi barrio y en mi casa cuando vino el golpe de 76. Estaba instalada la construcción mediática de que antes del golpe todo era un caos. Que no se podía vivir. La construcción mediática el año pasado fue similiar… todo es un quilombo, etc., etc.
Recuerdo que terminada la dictadura vienen los juicios y es ahí que me entero de los desaparecidos. Empecé a comprar los diarios del juicio y un día no los pude leer más. No me daba cuenta que estaba agitado… me descompensé de golpe, me faltaba el aire. ¡Listo! Suficiente para mí, ya sé cómo fue. No hace falta seguir leyendo ni saber más de las torturas. Pero me agarraron ganas de militar.
¿Dónde me meto? Pero pensaba ‘vuelven los milicos y vienen a casa me chupan, me torturan y me tiran al rio’… los milicos podían volver en cualquier momento. Pero después dije no… ‘hay una solución a eso: ando de fierro y cuando vienen los milicos tiro un par de tiros me matan y no me torturan’. Me respondo que ‘no… se van a llevar a mi vieja, mis hermanos, mi familia. Entonces no puedo militar, no me meto en política’. (largo silencio).
Nunca me metí en política por miedo a los milicos. De ahí que me quedó el interés en la política. Siempre fui un tipo con ideas, politizado, pero nunca sentí ninguna pertenencia a ningún partido.
¿PERIODISMO O COMUNICACIÓN?
Si bien no militó en ningún partido por el miedo que instalaron los milicos, sin darse cuenta lo hizo solo, sin responder orgánicamente a ninguna estructura. Comenzó a escribir, a sacar lo que tanto le silenciaban en el colegio y en el barrio. Quiso pertenecer al mundo literario, que sus libros llegasen a las librerías… En el camino se encontró con la radio y la Tv. Y es gracias a su prosa que dejó en calzones a muchos, como su abuelo hacía lo propio con sus enemigos cuchillo en mano. Zak-zak
– Hubo un gran lapso que no hice nada. Va sí. En realidad siempre escribí. Escribía cuentos, poesía… y al mismo tiempo giré mucho con cualquier laburo. Hasta que un día le mandé una carta a Lalo Mir y me llamó a laburar, una anécdota mágica. Era 1994, la carta era sobre la bomba en la AMIA. Ahí me di cuenta que sabía escribir. Con Lalo entendí que sabía un montón de cosas que no sabía que sabía. Comencé a escribir humor, cosas serias, formatos raros de artística, noticieros y publicidades truchas. También escribía editoriales o sketch.
– ¿Con el humor llegamos al tipo que no cree que “La Patria es el Otro”?
– Es una herramienta para todo… sí. Para eso también. Aunque en estos años estuve muy hostigado. No sólo en 6, 7, 8. Siempre fuimos contra el poder… contra el Poder Real. Me acuerdo que algunos periodistas nos acusaban de que estábamos del lado del poder. Y me ponía como loco. Teníamos todo en contra: el poder financiero, el corporativo, los empresarios, el Departamento de Estado, la Embajada de Israel, la SIDE, los Curas, al campo. Los únicos que bancaban a Cristina eran los laburantes y el propio poder que te da el Poder Ejecutivo. El periodismo tiene muchos problemas y realmente me gustaría que en algún momento los solucionaran. No puede ser una corporación dedicada a su supervivencia basada en falacias.
– ¿Solucionaran o solucionemos?
– No, que lo solucionen ellos… yo no soy periodista.
– Pero sos comunicador…
– Este año recién puedo pensar muchas cosas que durante doce años no pude. Nos iban llevando todos los días con patadas en el culo y lo único que pudimos hacer es esquivarlas o devolver alguna. Ver cómo podíamos sobrevivir a esas patadas. Ahora podemos pensar. Entonces reflexiono: yo hice humor nada más que para los nuestros, como una especie de consuelo al kirchnerista. No transmitía otra cosa… era humor de consolación. Hice muchas cosas pero todo lo podes basar en eso. Eran para que el compañero la pase bien.
– Ustedes rompieron con la idea de objetividad en el periodismo. Dijeron “Nosotros hablamos desde acá”. Punto.
– Éramos conscientes de eso e incluso se lo reclamábamos ingenuamente al resto del periodismo. Y nos odiaban por eso (va, nos odiaban por muchas cosas más también). 6, 7, 8 rompió principalmente con lo siguiente: hacía periodismo sin periodistas. Salíamos a decir lo que los periodistas no decían porque tenían su mantra principal de chequear la información con tres fuentes… (nos reímos juntos). Nosotros salíamos a decir un montón de cosas dejando en calzones a muchos. Eso generó un gran problema, mucha gente hoy nos odia de manera personal porque hicimos nombres. Hicimos nombres de todos. No sólo hicimos crítica seria, política, ideológica, de ética, de moral. Sino que además poníamos nombre a las cosas.
Pero: ¿De qué manera rompías si no hacías nombres? Nosotros nos juntamos con los compañeros del programa y lo charlamos. Conversamos sobre esto. ¿Cómo hacíamos si no poníamos nombre? ‘Nelson castro es un mentiroso’, A la gente le llegaba mucho más fuerte y Nelson saltaba como loco. Cohetes para todos lados. Cohetes que abrían la cabeza pero al mismo tiempo nos dejó enemigos eternos.
Creo que a Clarín le sacamos una cantidad de credibilidad que no está cuantificada pero no la recupera más. El tipo que se dio cuenta que Clarín miente sabe que Clarín miente. Ahora, que no llegamos, no llegamos. Ni nosotros ni nadie. Todo el discurso kirchnerista se puso muy duro. Muchos nos dicen ‘pero 6, 7, 8 tendría que haber sido así o asa’. No sé, no creo que era cuestión nuestra cambiar. Éramos eso… En todo caso tendríamos que haber hecho otros programas. Pero 6, 7, 8 era lo que era.
La verdad es me sigue sorprendiendo la importancia que nos dan nuestros enemigos. Nunca pensé que iba a caer un Ministro como Lombardi y dedicarnos tanto tiempo de su vida saliendo por todos los canales. El tipo se dedicó a hacernos mierda diciendo que somos unos canallas, ñoquis, millonarios, mercenarios, chorros. De todo. Eso sorprendió… va, en realidad es como se maneja este Gobierno.
Después te ponés a pensar en frío y la verdad es que Lombardi hizo bien las cosas, es un buen operador…. Somos muy simbólicos para mucha gente. Cuando nuestro campo político no tiene muchos representantes, entonces era evidente que nos maten.
No ganamos la batalla cultural, pero avanzamos mucho. Y eso lo hablábamos mucho entre nosotros. La batalla por el sentido la dábamos todos los días, pero no ganamos el sentido común. Pero le arrancamos un cacho, les sacamos una porción…
– ¿A quién?
– … A Clarín. Sí… a Clarín. Es una gran fábrica de sentido común Clarín. Mira, el otro día pensaba que a “kirchnerismo”, a “Kirchner”, o a la letra “k”, antes le tenían que poner un adjetivo negativo. Ahora no hace falta, lograron que esos sustantivos ya sean adjetivos negativos. Lograron que kirchnerismo connote negativo.
¿CUÁNDO?
– El día que Néstor inaugura la Ex Esma, en el 2004. Ese día dije: ‘Éste es el chabón’.
– Una parábola directa a cuando cerraste los libros que hablaban sobre la dictadura…
– Es cierto. Yo estaba esperando que me traicionara… pero me levantaba todos los días y los Ministros hacían cosas buenas, él hacia cosas buenas. Me costaba creer, no quería ilusionarme. Pero ese acto me marcó. Recuerdo que estaba en los medios y es muy difícil ser oficialista allí ¿Cómo vas a estar bancando a un Gobierno, a sus Ministros, a los Secretarios, a Diputados? Era un asco. Pero estaba bueno lo que hacían.
A mí me hizo militante kirchnerista la cachetada de D´Elia en Plaza de Mayo en el 2008, en medio del conflicto del campo. Lo estaba viendo en vivo y entendí la operación que estaban haciendo todos los canales. Lo mostraban como que se estaba dando un ataque subversivo. Vi que la querían a echar a Cristina y ahí arranque como un loco en la radio a defenderla.
A veces me preguntan si soy peronista y creo que me hicieron peronista los peronistas a pesar de que otros peronistas no consideren que lo soy. Soy peronista desde el sufrimiento, porque el que más sufrió siempre fue el peronista, entonces hay que estar ahí loco. Siempre fue así. A los que persiguieron, a los que prohibieron, a los que mataron o tiraron al río, a los que sacaron de la fábrica, le bajan el suelo o le dicen ‘negro pata sucia’ es al peronista. Y como Néstor y Cristina salen de peronismo y los negros peronistas me abrazan en la plaza, soy peronista. Pero creo que fui uno de los primeros que dijo soy Cristinista.
Tic-tic, tic- tic. Un cigarro más que suena sobre la mesa para que el tabaco baje y pueda encenderse con más fuerza. Otro mate más que da su vuelta. Medio frío, no nos importa…
Cuando uno está angustiado compartir la angustia es desangustiarse. Esto se sobrelleva con otro al lado. Juntándose. Y aparece la pregunta… ‘¿Qué hacemos?’ Y a veces hay que pensar las complejidades de la política. Estamos en democracia, esto no es anarquía ni revolución y no hay que desesperarse por salir a la calle a ver qué hacemos.
La militancia es un espacio, es un lugar que uno ocupa. Un lugar de convicciones, un lugar ético, de relaciones, de sueños y de organización con el otro para compartir o bien para hacer tareas. La resistencia hoy creo que pasa por ahí. Nos podemos juntar en las esquinas, en las plazas… hay que aprovechar porque es un momento también para pensar todo lo que no pudimos pensar. Es un momento para formarse y no tanto informarse, para discutir qué se hizo, qué no se hizo. ¿Qué queremos?… Está bueno eso también. Pero hay que tener en cuenta que la perdimos y pensar por qué la perdimos… Juntos y con el otro, que es la patria.
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PEDRO BRIEGER / SANDRA RUSSO / VICTOR HUGO MORALES / HERNÁN BRIENZA
Cada uno de nosotros tiene un camino retorcido, difícil, por el cual nos fuimos definiendo, pese a estar “formeteados familiar y culturalmente. Soy mucho mayor que Barragán y también me considero “cristinista”. Llegué a poder pensarme luego de la muerte de mi esposo al comenzar a acopiar los escritos de J.P. Feinman en Página 12 “La filosofia y el barro de la historia”. Allí me reencontré con la otra palabra, la que había sido excluida de mi vida
, pero que a la vez habia estado latente…
Soy docente y me gusto mucho investigar el proceso de la comunicación, todo eso junto me abrió la cabeza. Comprendo a fondo la forma solapada con la que se ha ido acondicionando el pensamiento desde siempre y me siento totalmente comprometida con esta hirviente necesidad de romper estructuras mentales que hacen a los esclavos protectores de sus amos. No creo que mis años me permitan ver el resultado de todo este movimiento, pero deseo de todo corazón y me involucro (dentro de lo posible) para lograr desculturizar y desgorilizar las mentes veladas que nos han sumergido en este horrible momento. Creía que iba a irme de este mundo viendo la Argentina soñada, tal vez haya que esperar un poco más, pero seguro, seguro, va a llegar. Gracias por la fuerza, por la militancia, por existir.
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me conmovió tu texto Beatriz ! Gracias! Graciela
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Los medios de las corporaciones influyeron generando odio y confusión, los trolls hicieron su parte en las redes, captando mentes mediocres y fáciles de engañar, luego ciertos dirigentes de diferentes zonas fueron muy egoístas y nadie quería bajarse para dar lugar a otro compañero para que se postule como intendente y eso hizo que continúe en aquel momento la oposición. La equivocación no vino de parte de los buenos comunicadores y periodistas, 678 fue y seguirá siendo un excelente programa periodístico, no por nada lo sacaron del aire. Tampoco se equivocó el Gobierno de Cristina , los medios del Grupo Clarín invadieron con sus serviles y mentiras a cada segundo de todos los días, hasta los días de hoy sucede. Quienes se equivocaron y muy mal, fueron los que se dejaron mentir y engañar por magnetto y también hubo silencios de personalidades artísticas, que pudiendo hablar y ayudar a clarificar, fueron cómplices con su silencio, otros artistas se la jugaron y muy bien. Para luchar contra el poder de las corporaciones 12 años es muy poco tiempo, igual se lograron muchas cosas importantes, despertar a muchas personas que creíamos en ciertos programas periodísticos y resultaron ser una gran mentira. Quien nos despertó, fueron los carteles de Clarín Miente. Al menos para mi, 678 fue una brújula muy importante a mirar. Un programa pequeño, que puso patas al hombro , a los programejos de las corporaciones, dejándolos al descubierto con argumentos y pruebas periodísticas de ellos mismos. Hasta tenían miedo decir los cipayos 678. Eso marcó la calidad del programa y de sus periodistas.
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