“LOS VOTOS QUE PERDIMOS LOS TENEMOS QUE RECUPERAR MEJORANDO NOSOTROS”

Tuvo la enorme responsabilidad de refundar a nuestra aerolínea de bandera. Aceptó también el desafío de postularse a Jefe de Gobierno Porteño en una ciudad donde nunca ganó el peronismo. Estudiando Derecho se formó en la discusión y la militancia… hasta que apareció Néstor “quien hacía desde la Casa Rosada lo que siempre deseábamos”. Junto a su padre llevó adelante una investigación que desenmascaró el modo de funcionamiento de las grandes empresas: la corrupción. Especialista en el campo laboral, hace muy poco presentó un libro sobre la historia sindical de nuestro país. Mariano Recalde está orgulloso de lo logrado durante el kirchnerismo y asegura que Vamos A Volver para tener, otra vez, una patria libre, justa y soberana.

Por Juan Esteban Kirchner y Leonardo Anolles / Fotos: Diego Tomás Osi

– ¿Cómo te sientes en esta nueva etapa de nuestro país?

– Mucho más preocupado de lo que esperaba. Dejé responsabilidades enormes pero a decir verdad la preocupación pasa por cómo se está cayendo mucha gente hacia el abismo de la exclusión o está sosteniéndose para no caer. Creo que no hay nadie en la Argentina que no esté ajustando, cuidando su economía personal. Algunos resignan cosas que entendían superflua y otros trágicamente están empezando a no comer. Comienza a haber gente que está comiendo menos. No pasa porque hay ciudadanos que no pueden viajar un fin de semana largo. Eso también ocurre… pero las preocupaciones pasan por cosas más concretas como ver qué comer.

Las consecuencias de la devaluación, de los tarifazos, de la quita de las retenciones o de la apertura de las importaciones aún no terminaron de producirse. Es un círculo vicioso que genera más recesión, menos consumo, más desempleo y vuelve al principio. Para pagar el gas, por citar un ejemplo, el comerciante tiene que pensar si trabajan más tiempo o echa a algún empleado. Eso lleva a un efecto encadenado de más recesión que todavía no se vio del todo. Aún no se perdieron todos los puestos de trabajo que lamentablemente estimo.

– Eso sin contar la economía informal que no aparece en ningún número oficial…

– No claro, y además la política que aplican hacia esos sectores. No es de inclusión, de contención o formalización, sino de represión. Ocultamiento. En lugar de resolver el problema, que lleva tiempo, palo y ocultamiento.

– ¿Acuerdas con la tesis de que no existe ajuste sin un estado represivo? Cresta Roja fue un aviso.

– Totalmente de acuerdo… Al menos no resiste en el tiempo. Creo que lo de Cresta Roja fue una situación ejemplificadora, es la síntesis de lo que ellos quieren hacer y lo que van a hacer con el trabajo genuino. Vaciamiento de la empresa, te cago a palos si protestas y reincorpórate en mis términos: más horas de trabajo (como lo dijo Macri en el discurso del 9 de julio y en Alemania) y menos salario. Ese es el modelo que Macri representa. Para él el salario no es un elemento de dignididad ni condición esencial del trabajador, sino un costo más. Durante la campaña cambió el discurso pero ahora en el gobierno afloró su verdadera ideología.

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– Vinieron por todo y muy rápido ¿Lo imaginabas así?

– No… primero no me imaginaba que pudieran ganar. Una vez que ganaron pensábamos que no iban a ser tan crudos y drásticos a la hora de destruir las conquistas que tanto costaron construir como ser el fortalecimiento de la industria nacional, el empleo o el poder adquisitivo de lo trabajadores.

No fue magia lo que hicimos, costó mucho, fue un trabajo cotidiano, una pelea constante para que los precios no se disparen y mantener el poder adquisitivo del salario. Hoy los trabajadores firman paritarias por debajo de los niveles de crecimiento de los precios y así se pierde el poder adquisitivo de los trabajadores.

El trabajador no va a comprar dólares y los lleva a Panamá. Los gasta en el comercio, en el almacén, en el supermercado, en la librería o en el local de ropa y eso motoriza la economía, la industria y a las empresas. No hubo argentino que no haya mejorado su situación del 2003.

– Así y todo muchos trabajadores votaron al patrón como Presidente ¿Cómo se explica?

– Claro que hay muchas variables, muchos factores. Doce años de desgaste inciden mucho. Si pensamos en la historia argentina no hubo gobierno popular que se mantuviera doce años y medio en el gobierno, ese es un mérito importantísimo. Pero los medios de comunicación hoy tienen un rol fuertísimo a la hora de generar sentido común y opinión pública. Y a eso hay que sumar errores nuestros. Así y todo no pudimos convencer a una pequeña parte de la población. Porque tampoco es que perdimos diez a cero… Perdimos una elección por muy poquito. Y si hablamos de la campaña también tuvimos errores pero el ganador tuvo una campaña marketinera, mentirosa y engañosa. El resultado de eso es que hoy tenemos un cambio enorme del cual creo muchos se arrepienten ahora que lo viven.

Perdimos una elección. Nuestro proyecto político está más vivo que nunca en un porcentaje importante de la población. Una población que se ha empoderado, nos sigue acompañando y tiene como referente a Cristina.

– ¿Con que momento histórico puedes vincular la actualidad Argentina?

– No hay momento histórico que se repita. Creo que hay punto de contacto con varios momentos de la historia. Hay un revanchismo parecido al del 55; hay un intención de borrar del vocabulario palabras como Kirchner, inclusión social y hasta incluso peronismo. También hay puntos de contacto con los 90 y con la última dictadura militar. Y desde el putno de vista del campo nacional y popular veo un vandorismo aggiornado. Una cantidad de compañeros que los he escuchado decir hacer un peronismo sin kirchnerismo.

– ¿Hay más kirchnersimo en las personas que en los dirigentes?

– Sí. Comparto que hay muchos dirigentes que piensan de una manera más especulativa y están temerosos de mantener sus lugares. Creo que la gente tiene mucho más claro cuál es el proyecto político y quién lo conduce y en eso la gente se equivoca menos que los dirigentes.

Está habiendo algunas tensiones pero confío en que finalmente van a primar las coincidencias principales y las diferencias secundarias van a quedar atrás. Para eso tenemos que ir trabajando hacia una unidad con contenido; una unidad clara, de concepción, una unidad detrás de un mismo proyecto. Porque rejuntar gente que vota a favor de los buitres con nosotros no tiene mucho sentido.

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UN ACADÉMICO

Especialista en el campo laboral, hace muy poco presentó el libro “El Modelo Sindical Argentino” donde recorre, desde sus orígenes, la historia del movimiento obrero argentino, sus modos de agruparse y sus vínculos con el Estado.

– Como abogado laboral: ¿Cómo puedes definir la función de un Ministerio de Trabajo neoliberal a diferencia de un Ministerio nacional y popular?

– El Ministerio de trabajo no es neutral a la hora de pararse en un conflicto y, depende también, de qué políticas públicas acompañen. En un gobierno nacional y popular hay mucho trabajo desde el Ministerio con el impulso de las paritarias y en la resolución de los conflictos. ¿Cómo reacciona el Ministerio de hoy ante un conflicto? Ningunean la situación; dictan conciliación obligatoria sin audiencia; no abren los ámbitos para poder negociar entre empresarios y trabajadores…

Un Ministerio de Trabajo nacional y popular promueve el trabajo registrado, inspeccionando para combatir el trabajo no registrado o bien la evasión. El neoliberal firma un convenio con Mac donald´s para precarizar la situación de los trabajadores, para permitirle a las empresas flexibilizar las condicione de trabajo.

Los jueces, las autoridades de aplicación de las leyes, no tienen una posición neutral y este es un gobierno de empresarios. Nosotros éramos un gobierno que ponía el acento en los trabajadores.

– ¿Y entonces por qué nos cuesta tanto la unidad de acción?

– Siempre la unidad es un valor y una herramienta poderosa de reclamar por parte de los trabajadores. La unión hace a la fuerza y la fuerza es fundamental a la hora de defender o reclamar mejoras en los derechos. La discusión entre patrones y trabajadores  es una discusión que depende mucho de la correlación de fuerzas. Ahora bien: ¿La unidad para qué? El movimiento obrero debe discutir un programa, debe ponerse de acuerdo en cuáles son los puntos para plantear la defensa de los trabajadores y ahí sí va a ser posible la unidad.

– Qué reflexión tienes de la movilización del 29 de abril. Porque muchos trabajadores, durante los despidos, sintieron cierto desamparo de las confederaciones gremiales o bien una reacción tardía.

– Aquello fue un hecho histórico. Que se junten cinco centrales sindicales es un hecho histórico. Al principio parecía que era por el reclamo del impuesto a las ganancias pero quedó claro que fue una marcha contra los despidos que llevó a que el Congreso reaccionara y se vote una ley para frenar los despidos (después vetada por el Presidente Macri). Pero esa movilización tuvo efecto, no solamente por la movilización en sí sino por lo que genera en los propios trabajadores: en la autoestima, en el sentirse acompañados y también dio fuerza.

(sonríe) Con esa capacidad de fuerza los trabajadores también deberíamos poner un tope de 400% en las paritarias

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UN TRABAJADOR

Fue el encargado, durante más de 5 años, de volver a hacer de Aerolíneas Argentinas un servicio para los argentinos y no un negocio para extranjeros. Criticado por todos los medios. Todos. No hubo un solo vuelo cancelado por mal tiempo que no sea leído por los periodistas “objetivos” como un error en la gestión de Mariano Recalde. Sin embargo, AA unió al país como nunca lo hizo, pero, sobre todas las cosas, permitió que muchos argentinos vuelen…

– ¿Qué sentiste al día siguiente de dejar AA?

– Me preocupan las políticas de gobierno que inciden y van a incidir para justificar una eventual privatización: por un lado una política económica recesiva que hace que todo el mundo recorte el gasto y por otro el ingreso de empresas privadas extranjeras casi indiscriminadamente (lo que es una gran idolología de libre mercado) para competirle a una empresa que ofrece un servicio público (y si a eso debemos agregar que esas empresas que están entrando están vinculado de una  u otra manera con los funcionarios de primer nivel del gobierno esto se vuelve un poco más grave). Estos golpes se irán sintiendo en el tiempo. AA irá perdiendo ingresos y va a tener que irse achicando y ajustando. Hay que pensar que los resultados se miden en dólares y AA recauda fundamentalmente en pesos.

Nosotros veníamos por un camino que planteaba los objetivos en el siguiente orden: primero soberanía e integración por sobre la rentabilidad. Tal vez no era conveniente desde lo comercial tener la estructura que teníamos con 20 empleados en algunos puntos con un vuelo por día. Pero nosotros entendíamos que lo más importante era el federalismo. Teníamos una visión federal y macroeconómica por la función que cumple la aerolínea de un país. Tal vez no le aporta mucho a sus arcas tener sucursales en todas las provincias, pero al país le genera riqueza y un gran movimiento económico con llegada de turistas, por ejemplo, que multiplica por diez la inversión que el Estado hacía en sostener la red en todo el país.

Los ingresos, desde que el Estado se hizo cargo de AA, se duplicaron. Los pasajeros pasaron de 5 a 11 millones en un año. Eso es lo que nos pone orgullosos, haber vivido en un país en el que viajaban once millones de personas por año.

– ¿Qué puedes agregar sobre la posible llegada de una aerolínea Low Cost a Argentina?

– Lo que va a generar esa competencia es una de dos: o que el Estado ponga más plata en AA para mantenerla o que se retire AA de todos los destinos que no son rentables desde el punto de vista comercial. Hoy redujeron vuelos a Santa Rosa, Viedma, Río gallegos y quitaron el vuelo a Brasilia y están por retirar el vuelo a Bello Horizonte. Insisto, tal vez para la compañía no era muy rentable, pero traía una cantidad de turistas brasileros que circulaban dinero en muchísimos lugares, lo que en definitiva genera trabajo.

Un dato interesante: el único cambio que nos llamó la atención fue cuando anunciaron que agregaban vuelos a Rio Cuarto. ¡Que raro! Estaba en nuestra mira, era una de las opciones con Sol que finalmente la fundieron… pero después descubrimos por qué lo hicieron: el único Municipio donde había elecciones este año, y donde se jugaba la Intendencia el PRO, que luego la perdieron, fue Río Cuarto. Le fueron a prometer todo tipo de cosas, utilizaron la aerolínea para la campaña electoral y perdieron las elecciones y ahora no les van a cumplir. Esa fue una gestión política en el mal sentido.

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UN CANDIDATO

Candidato a Jefe de Gobierno Porteño en las elecciones del 2015. Recalde cargó con la responsabilidad de pelear por la jefatura porteña en un municipio que nunca ganó el peronismo.

– ¿Será que hay que mudar la capital para que un peronista gane las elecciones?

– No… pero sí creo que durante estos 8 años la pésima gestión de Macri quedaba disimulada porque gestionaba una ciudad en un país que crecía. Un país que generaba empleo, se desendeudaba, donde la economía crecía y se recaudaba más. Lo único que hizo Macri fue maquillar un poco el bienestar que ya existía. Decorar las plazas; hacer unas bicisendas o el Metrous… que lo pudo haber hecho bien pero con una buena campaña de marketing. Lo que aumentó el presupuesto en publicidad de la ciudad es tremendo.

En cuanto al transporte la solución a los problemas no es mejorarlo a través de un metrobus solamente. Sino que la revolución del transporte es por abajo, haciendo los kilómetros de subte que prometieron durante las primeras campañas electorales. Ahora se inauguró una estación del H pero han tardado muchísimo. A eso hay que sumar que no solamente no invierten en mejorar o ampliar el subte (que alivia el transporte de tierra y es más seguro que cualquier otro) sino que también han desmantelado las políticas de seguridad vial.

Antes mantenían esta lógica: que la gente vaya al medio de transponte que sostenía el Estado Nacional. Fijate que cuando el subte pasa al Municipio aumentó un 127%. Sumado a eso el último aumento fue del 67% y pronto volverá a subir. En momento de crisis como estos, el porteño busca ahorrar el mango tomando colectivo, entonces se les planteó un problema porque ahora el colectivo también depende de ellos

Lo que están buscando es que cierren los números, ya sea con la gente abajo o la gente arriba. Es una visión muy mercantilista y de cierre de cuentas empresarial de los servicios públicos.

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– Buenos Aires sigue siendo una ciudad exclusiva…

– Sí, no crece la población… lo que sí está creciendo es la cantidad de inquilinos y eso es un problema enorme para los que viven en Bs.As. No hay una política de intervenir el mercado inmobiliario, lo que hace que cada vez sea más dificultoso y más caro vivir en la ciudad.

Hay construcción como inversión especulativa pero no con destino para la vivienda. Casi 300 mil departamentos de la ciudad están vacíos.

– Cómo se incluye en una ciudad estructurada de esa forma durante tantos años

– Creo que hay decisiones que se podrían tomar para integrar barrios a la ciudad. Barrios que hoy están marginados, casi encerrados, como si tuvieran muros. A la villa 31 le han puesto un muro… Hay leyes votadas en ciudad, que no se aplican, para que no sean lugares cercados o cerrados y que no puedan entrar los servicios públicos como el transporte. Hay que urbanizar los barrios que no están integrados en la ciudad.

En definitiva, lo que veo es que en 8 años tomaron una ciudad con superávit y sin deuda y dejaron una ciudad endeuda, con déficit fiscal y sin obras de infraestructura importantes. Hacer un metrobus es hacer un cantero y un techo. No cambió la vida de los porteños. Y en ocho años y seis meses con los recursos que contó la ciudad, producto de las políticas nacionales, deberíamos de tener una ciudad mucho mejor.

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UN MILITANTE

Durante sus años como estudiante de Derecho, junto a sus compañeros peronistas, socialistas  y de izquierda en la agrupación NBI, se planteó que había que organizarse y, sobre todas las cosas, “sacarle la careta a sacarle a toda la dirigencia que de una u otra forma defendía las recetas neoliberales”. Pero un día apareció Néstor.

Empezamos a sentir curiosidad por el Presidente que hacía cambios tan tremendo en la Corte Suprema; en la política de DDHH; en política exterior o con respecto al FMI. Y decíamos ‘¿Será asì?’ Hasta que en un momento estábamos absolutamente convencidos  de que sí.

No hay un hito, de pronto estábamos convencidos de que lo que nosotros pensábamos y queríamos como proyecto de país se estaba llevando adelante desde la Casa Rosada. Paradójicamente siempre militábamos contra la Casa Rosada y vimos que desde allí se empezó a defender lo que creíamos.

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– ¿Cómo podemos volver a llegar a ser mayoría para poder acceder nuevamente la Casa Rosada?

– No es fácil el desafío pero soy muy optimista. Primero porque nos fuimos del gobierno con una enorme cantidad de argentinos que están convencidos de este proyecto. Los votos que perdimos los tenemos que convencer mejorando nosotros. Con ideas claras y, sobretodo, van a ir volviendo de a poquito a medida que Macri vaya gobernando. En términos electorales, en definitiva, tenemos una gran ayuda que se llama Mauricio Macri. Durante esta etapa muchos argentinos van a valorar nuestros doce años de gobierno. Es nuestra responsabilidad ofrecer una propuesta que vuelva a enamorar y que no caigan en una falsa opción como desde el poder se está planteando: un peronismo que es oficialismo crítico más que oposición.

– ¿Cómo seríamos mejores?

– Creo que hay que corregir la forma de comunicación, políticas que no implementamos del todo bien. Hemos aprendido a los golpes, con derrotas… Fijate el 2009. Perdimos y Néstor acertó en la evaluación. Habíamos perdido porque no profundizamos y a partir de ahí nos dedicamos a profundizar las políticas de inclusión social. Creo que se trata de lo mismo, no vamos a recuperar el voto si nos parecemos al macrismo, tampoco lo vamos a recuperar si hacemos pequeños retoques cosméticos a las leyes que le hacen tanto daño a nuestro pueblo. Nosotros vamos a recuperar la mayoría popular poniéndonos del lado de la gente, siendo claros y tajantes en nuestros posicionamientos: nosotros no estamos con los buitres, no estamos con la devaluación, no estamos con la apertura de las importaciones, no estamos con el festejo con los genocidas…

Hay que ser claros y estar orgulloso de lo que hicimos. Equivocarnos sería acompañar, justificar o ser un oficialismo crítico como algunos ex compañeros: hablo del massismo concretamente que acompaña al oficialismo con críticas.

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