(Por Zuleika Esnal / Foto de Portada: Gabriela Manzo)
Porque a la edad en la que yo pensaba qué ponerme el sábado para ir a bailar con mis amigas en tercer año del colegio, Alika Kinan chupaba pija en un prostíbulo de Ushuaia y así pasó veinte años.
Me sumo al paro porque mi papá no me violó. Ni mis novios me cagaron a trompadas ni aparecí en una zanja.
Me sumo porque puedo. Porque estoy. Porque soy libre.
Me sumo porque caminé toda la vida por la calle a cualquier hora y ninguna camioneta me chupó y no tuvieron que buscarme como buscamos a Marita Verón y a tantas otras.
Me sumo porque nadie me empaló. Ni me agarraron entre seis o siete en una quinta y me tiraron a la ruta para que me atropellaran como a un perro, que es lo que hicieron con la nena de Tandil a la edad en la que yo estaba terminando la primaria.
Ni me agarraron entre treinta y me destrozaron la vejiga.
Ni tuve que arrastrarme a ninguna guardia de hospital bañada en sangre.
Me sumo porque yo no tuve que escribir “Estoy viva, me llevan a La Rioja” en el baño de ninguna estación de servicio.
Me sumo porque viajé por todos lados y de todos lados volví mostrando fotos, contando anécdotas, viva.
Me sumo porque no tuvieron que llorarme. Ni repatriar mi cuerpo ni mi mamá tuvo que rogar que no fuera mi camisa la que encontraron en la ruta.
Me sumo porque no se me fue la vida en un aborto. Ni me prendieron fuego, ni me arrancaron el cuero cabelludo, por puta.
Ni me me desfiguraron a golpes por lesbiana.
Ni me volvieron a violar “para que aprenda”.
Ni me cogió el comisario. Ni me filmaron sus amigos.
Me sumo porque yo también me fui de mil bares con cualquiera ¿Y qué?
Hice dedo ¿Y qué?
Viajé sola ¿Y qué?
¿Tengo que pedir perdón?
Me emborraché. Me perdí de noche, me perdí de día, me perdí lejos de casa y también por el barrio, medio en pedo. Y viví para contarlo y resulta que es un lujo, que tengo que estar agradecida.
Por eso me sumo, porque no les debo nada. Porque parece que encima hay que explicar que no me están haciendo ningún favor dejándome con vida.
Me sumo por las que no tuvieron mi suerte y no están acá para sumarse.
Me sumo por las vivas.
Por las que no pueden ni hablar, o pueden, pero no lo saben todavía.
Me sumo porque no hay tiempo.
Por la vida que no vuelve.
Me sumo porque ESTOY ACÁ.
Porque sumarse es mostrar que no podemos más, pero podemos.
Me sumo con bronca,me sumo con ganas,con el milagro de tener los huesos sanos, la cara intacta, la piel sin moretones y el corazón en la mano.
Porque estoy viva, como dije antes, pero nos están matando.
* Por estas reflexiones la autora fue censurada en la red social Facebook.