(Por Analogías, Investigación y Estrategias) En el marco de la contienda electoral, que tiene a la provincia de Buenos Aires como la “madre de todas las batallas”, la economía provincial muestra ciertas tendencias al alza en su comparación con el crítico año 2016, aunque tal reactivación no logra revertir aún las caídas respecto de 2015. Al igual que en el plano nacional, se trata de una estabilización del proceso recesivo inducido por la política económica de Cambiemos.
Tal como se observa en el Gráfico 1, la contrastación de las principales variables económicas de la provincia respecto a su situación en 2015 permiten afirmar que, según los últimos datos disponibles en cada caso, la producción industrial, las exportaciones y el Producto Bruto Geográfico se mantienen por debajo de sus respectivos niveles de 2015.
Gráfico Nº 1. Variación del empleo, ventas de supermercados, salario real, producción industrial, recaudación, exportaciones y Producto Bruto Geográfico de la provincia de Buenos Aires. 2015-2017* (porcentajes)
Por el lado de la demanda, las ventas en supermercados resultan, en términos reales, alrededor de 15% inferiores a las de dos años atrás, aunque los salarios reales de los trabajadores registrados en el sector privado no distan de sus niveles de junio de 2015. Tampoco se advierte creación neta de empleo privado registrado, en tanto se observa una importante destrucción de puestos de trabajo en la industria y la construcción.
Una de las noticias auspiciosas para el gobierno provincial corre a cargo la recaudación, cuyo aumento en los primeros ocho meses del año no sólo superó al de igual período de 2016 sino que también lo hizo respecto a 2015. En junio de este año, al incremento en los ingresos por los impuestos de sellos, inmobiliario y automotores (este último siempre muy dinámico, aunque especialmente en el segmento importado), se le sumó ahora el aumento en la recaudación de los ingresos brutos. Al tratarse de un tributo que carga sobre las ventas ello estaría indicando un incremento del consumo, aunque esto no se ve reflejado en las ventas de supermercados. Este escenario da cuenta del impacto de los convenios salariales, que acarrearon un aumento del 2,8% interanual en junio de 2017 para el caso de los trabajadores registrados en el sector privado.
A pesar de esta reactivación en la recaudación, los recursos propios de la provincia no alcanzan para paliar el déficit provincial, el cual es financiado con endeudamiento. De allí la reinstalación del debate de la coparticipación y el Fondo del Conurbano.
En cuanto a la dinámica de las exportaciones provinciales, cabe señalar que si bien crecieron 3,9% interanual en los primeros siete meses de 2017, los productos primarios –beneficiados por la quita de retenciones- cayeron 7,9%. Las inundaciones, que llevaron a declarar la emergencia hídrica en 26 distritos bonaerenses, resultarán en un escollo no desdeñable para la actividad económica de numerosas localidades bonaerenses.
El retroceso del empleo en la provincia.
Si lo anterior permite inferir que la situación económica es mejor que hace algunos meses, aunque sin alcanzar los niveles de 2015, se debe aclarar que ello no tuvo impacto en lo que concierne a los niveles de desocupación y subocupación. Si se suman ambas variables se advierte que mientras en el segundo trimestre de 2015 alcanzaban el 18,3% de la población económicamente activa, desde la asunción de Cambiemos promedian el 22,6%, en el marco de un nivel de desempleo que se estabiliza en torno a los dos dígitos desde marzo de 2016.
En el segundo trimestre de 2017 la desocupación se mantuvo estable alcanzando el 10,7% de la población económicamente activa. Se trata de un nivel similar al de 2016 pero muy superior al vigente en el segundo trimestre de 2015 (7,6%). Esto fue contemporáneo tanto a la caída de la tasa de empleo como de la tasa de actividad (ambas cayeron 1,3% en relación al segundo trimestre de 2016), lo que indica que la desocupación hubiera sido más alta de no mediar el “efecto desaliento”, es decir, que más personas se resignaron a no buscar trabajo por la escasa demanda laboral.
Gráfico Nº 2. Evolución de la desocupación y subocupación demandante en la provincia
de Buenos Aires. II trimestre 2015-II trimestre 2017* (porcentajes)
En el análisis desagregado de la situación del desempleo en los aglomerados provinciales se destaca la crítica situación que atraviesa Mar del Plata, afectada por el bajo desempeño de la industria pesquera, textil y turismo. En el segundo trimestre de 2017, esta localidad registra las peores cifras no sólo de la provincia sino también del país: 11,9% de desempleo y 15,8% de subempleo. La desocupación creció 50% en dos años.
De todos modos, el registro provincial se define por los valores que toma el decisivo conurbano bonaerense (los 24 partidos que circunvalan la Ciudad de Buenos Aires). Allí la desocupación alcanza el 10,9% y la subocupación el 12,1%. El tradicional bastión electoral del peronismo resulta una de las zonas más afectadas por las nuevas políticas económicas. Comparando estas cifras con las registradas en igual período de 2015, el desempleo creció 38% y el subempleo demandante 16%.
La ciudad que se aproximó a los registros del conurbano es La Plata, que anotó su mayor nivel de desempleo en 11 años. La última vez que esa ciudad había superado los dos dígitos de desempleo había sido en el tercer trimestre de 2006 (12,4%). Este aumento representa un crecimiento interanual en el nivel de desempleados de 30%, mientras que si se lo compara con el nivel registrado dos años atrás (segundo trimestre 2015), el incremento es de 145%. Por su parte, los aglomerados de Bahía Blanca-Cerri y San Nicolás-Villa Constitución resisten mejor al contexto e incluso anotan descensos en la desocupación y subocupación. En cambio, Carmen de Patagones-Viedma también empeoró sus registros laborales aunque en bajos niveles.
Gráfico Nº 3. Desocupación y subocupación demandante en los aglomerados que la
Encuesta Permanente de Hogares releva en la provincia de Buenos Aires. II trimestre
2015 y II trimestre 2017 (porcentajes).
Resumen de principales indicadores