se pregunta en todo momento Juan Alonso, quien junto a Daniel Tognetti y un equipo de realización audiovisual, encaró la ardua tarea de investigar hasta llegar a la verdad. Piensa, busca, viaja, investiga y vuelve a pensar. Reflexiona mientras se pierde en el café y el humo del cigarro. Sigue el caso desde el primer día y lo hará hasta que se sepa qué pasó realmente el primero de agosto en la comunidad Mapuche Pu-Lof en Resistencia-Cushamen, Esquel. En enero fue uno de los pocos periodistas que escribió sobre el avance de la Gendarmería en la zona y hace tiempo que trabaja el conflicto de esas tierras, hoy a nombre de Benetton pero que atraviesa toda la historia de nuestro país, la más sangrienta. Está terminando una nota para el portal Nuestras Voces mientras ajusta los detalles del último informe que se emitirá esa misma noche por C5N y Página 12. Pone pausa en su labor como periodista aunque el teléfono no para de sonar… no hay tiempo que perder.
Por Juan Esteban Kirchner / Fotos: Manuel Abasto. Portada: María Guerreri
– ¿Por qué comenzaste a investigar la desaparición de Santiago?
– Vengo trabajando el conflicto Mapuche desde enero. La desaparición de Santiago Maldonado la publiqué en una nota en Nuestras Voces el 2 de agosto en el marco del conflicto Mapuche. Lógicamente que en ese momento pensaba que Santiago iba a aparecer… pero las horas pasaban y se iba transformando en una clara desaparición forzada de persona. Y con Daniel Tognetti nos pusimos a trabajar juntos porque coincidimos en que era un caso testigo. Él me convocó para cumplir el rol de productor periodístico, o bien jefe de investigación, y comencé con ese trabajo. Empecé a tener vínculo con Germán, el hermano del medio de Santiago, y ahí empezó mi acercamiento a la familia y a la angustia que comenzaba a crecer.
– ¿Cuál fue la primera sensación cuándo llegaron al Sur?
– Viajamos con un estado de ansiedad importante porque teníamos mucha responsabilidad. Encaramos un trabajo serio pero había una cantidad de información falsa circulando en medios masivos de aquí de Capital y también en los locales de Chubut y Río Negro. La ventaja nuestra es que viajamos con mucho contacto con la familia Maldonado en Bariloche. Pero la ansiedad provenía por cómo venía la situación en el lugar: una cosa es contar o narrar lo que sucede en una causa tan compleja y de gravedad institucional como esta desde Buenos Aires y otra muy distinta estando allá.
Cuando bajé del avión tuve una clara sensación de ciudades militarizadas. Ciudades militarizadas en torno a la comunidad Mapuche y la familia Jones Huala. Tanto en Bariloche como en Esquel, Cholila, Cushamen, Leleleque… en todo ese corredor de la ruta 40 hay una fuertísima presencia de todas las fuerzas federales. Nos encontramos con retenes de policía de Chubut, de la Policía Federal, Gendarmería y helicópteros de prefectura. Ciudades militarizadas…
NEGAR NEGA NEGAR… ALGO QUEDARÁ
– ¿Cómo se entienden los dichos de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich?
– Este Gobierno llegó por los votos pero tiene una narrativa represiva. Una narrativa que atrasa muchísimo. Fijate los conceptos que tienen: El Ministro de Educación de la Nación dice que va a iniciar una “campaña al desierto”, encima siendo también de apellido Bullrich, un apellido vinculado a los episodios más trágicos de La Patagonia. Vinculado al primer genocidio en nuestro país.
Para decirlo claramente: el discurso negacionista de este Gobierno en relación a la desaparición forzada de Santiago Maldonado, es idéntico al de la generación de Roca. Y la política económica de este gobierno también es exactamente la misma: economía primaria basada en la explotación agropecuaria y la exportación. Hoy, con esa política económica quedan 22 millones de argentinos afuera
– Esas formas del actual Gobierno ¿Se podrían asemejar también con las del último gobierno militar?
– Sí, se pueden unir… también podemos agregar la década infame. Cuando Guillermo Moreno dice “estos tipos quieren una sociedad pre-peronista” no se equivoca. Estos tipos no quieren el Estatuto del Peón o los derechos de los trabajadores… por eso los discursos tan reaccionario de acabar con la felicidad para las mayorías populares. No me extraña para nada el discurso negacionista que tienen en relación a Maldonado
– ¿Cuál es la hipótesis del Estado sobre Santiago?
– Que Santiago es un guerrillero de las FARC, que era habitual su vínculo con la comunidad Mapuche de Chile y andaba cruzando la cordillera… Aparte tienen una mezcla que no se entiende: dicen que a los mapuches de Jones Huala los banca la ETA, las FARC, el imperio británico… les faltó poner ISIS y una etnia que cayeron no sé de qué nave… ¡Qué tiene que ver el Imperio británico con la ETA! Todo en el mismo lugar, en el mismo plano, es muy esquizofrénico…
Creo que son negacionistas porque básicamente no pueden admitir lo que han generado en nuestro país. En el plano económico, político e institucional han generado un retraso absoluto, han generado más de dos millones de pobres, han destruido la industria y han beneficiado a un pequeño grupo de ricos, es en ese marco que desaparece Santiago Maldonado.
IMPERIOS
– La historia de esas tierras es una historia que surca dos siglos. La Estancia Leleque, donde actualmente se asienta el poderío de Benetton en torno a la Lof Cushamen donde desaparece Santiago Maldonado, antes perteneció a la compañía Argentina de Tierras del Sur que respondía directamente a la corona británica.
– Territorio robado a las comunidades Mapuche por el Estado Nacional en la campaña al desierto…
– Sí, pero para realizar la campaña el Estado Nacional se financió en gran parte por Gran Bretaña con una enorme cantidad de armas. Los británicos la tenían clara: tanto Sarmiento, como Mitre, cuando realizaban la campaña militar privilegiaban las armas y la información, no eran improvisados (como en este caso de Santiago).
La Patagonia nunca fue un desierto, siempre estuvo habitada de ambos lados de la cordillera y siempre tuvo una cultura, y estos tipos quieren decir que llegaron con la campaña para traer cultura… pero en realidad lo que crean es muerte, desamparo y vacío.
Los británicos tuvieron esas tierras por un siglo, hasta el año 1974 que las adquieren la familia Ochoa, Paz y Menéndez, tres familias terratenientes de la zona que se la compran a los británicos en una extraña operación. La radican en un paraíso fiscal, con un fideicomiso ciego y no les queda más remedio que admitirlo durante la guerra de Malvinas en 1982. La dictadura le dice: “muchachos, ustedes tienen un millón de hectáreas…. ¿De quién es esto? Porque estamos en guerra con Gran Bretaña”, entonces los tipos dicen: “No, nosotros no somos británicos, es nuestra… la tenemos en un paraíso fiscal”. Entonces la admiten mediante escribano, la sacan del paraíso fiscal y la radican en Argentina.
Sobre esas tierras se ha escrito muchísimo, pero hay un historiador, Ramón Minieri, que tiene un libro muy interesante que se llama “Ese Ajeno Sur”. A Minieri lo contrata Benetton para que cuente la historia de la Estancia Leleque y esos parajes y Minieri ingresa a los archivos de la compañía británica y encuentra que los británicos se iban expandiendo sobre los terrenos fiscales… Iban corriendo los alambrados. Los ingleses fueron los primeros que se afanaron la tierra. Territorios riquísimos con ríos y glaciares que hoy siguen estando en manos ajenas.
En ese marco es que la comunidad Mapuche tienen toda la razón del mundo en reclamar esas tierras. Los mapuches ni siquiera están reclamando las tierras que estaban bajo escrituras. Pero aparte, los mapuches, cuestionan abiertamente el sentido de la propiedad. Todas las comunidades y las familias de la zona están trazados por el dolor, por el sufrimiento, todos han perdido a sus bisabuelos, a familiares, en manos del huinca, en manos del blanco… Por eso no se consideran ni argentinos ni chilenos. Se consideran mapuches.
– Y ahora han perdido un “compañero”.
– Sí… ahora han perdido un compañero, Santiago Maldonado.
¿QUIÉN ES SANTIAGO MALDONADO?
– En el Bolsón entrevistamos a cuatro mujeres que sufrieron mucha violencia institucional. Cuatro mujeres que compartían con Santiago el espacio de la biblioteca “Vuelta del Río”, en el Bolsón. Allí hicieron una allanación donde casi que entran a las patadas en búsqueda de pertenencias y demás. ¿Qué hacen en la biblioteca? Tratan de incorporar a los chicos que están afuera del sistema: leen poesía, les enseñan teatro, dan talleres. Allí iba Santiago a leer, a intercambiar cosas con ellas y los chicos. A los vecinos de la zona de la biblioteca Santiago les cortaba leña y a cambio recibía papas o azúcar. Es muy querido Santiago en ese barrio. Y bueno, a ellas les costó mucho hablar sobre el tema.
En un momento les pregunté qué es la ausencia, cómo definirían la ausencia… y ciertamente se quebraron. Una de ellas nos acompaño al lugar dónde vivía Santiago, a metros de allí. Un pasillo de tierra hacia al fondo… una casa super humilde. Obviamente dada vuelta porque la habían allanado la semana anterior.
– ¿Dada vuelta?
– Sí, dada vuelta. Era un “sin lugar”, algo similiar a la desaparición. Allí había vivido durante dos meses una persona que hoy nadie sabe dónde está.
– ¿Qué es lo último que se sabe de Santiago?
– Santiago llega el día anterior a la comunidad de Pu-Lof en Resistenca, Cushamen (Esquel, Provincia de Chubut). Tres días atrás le avisa a su familia que antes de ir a 25 de Mayo iba visitar a sus amigos (con quienes había estado en la represión de enero, tenía un vínculo muy cercano, muy fuerte con la comunidad Mapuche). Se lo avisa a su mamá, a su hermano Germán… le avisa también a su amigo íntimo Ariel Garzi, pero de allí en más entramos en un rompecabezas…
Ariel Garzi me parce un testigo clave. Él lo llama a Santiago al teléfono chileno el 2 de agosto a las 15:24, una llamada que dura 22 segundos. Alguien atiende y Ariel escucha voces, pasos y eco en un ambiente que parece cerrado. Cortan. Vuelve a llamar a las 15:25 y el teléfono daba apagado. Lo que falta peritar acá es dónde estaba exactamente el teléfono de Santiago cuando Ariel lo llama.
El exhorto se pidió esta semana a Chile para determinar, con la compañía chilena y los peritos argentinos, dónde estaba ese teléfono. Esa pericia está en el expediente de la desaparición forzada y hay secreto de sumario por diez días más porque ayer (jueves) se recaratula la causa y se unifican las tres causas (corte de ruta 40, habeas corpus y desaparición forzada) en una sola pasando a ser una causa federal de desaparición forzada de persona. Es decir: la fiscal investiga al propio Estado, investiga a la Gendarmería y el secreto de sumario se extiende por diez días más.
– Recaratular la causa es un avance en la investigación…
– Genera una ventana de esperanza pero convengamos que ya pasaron 24 días. Otranto es el juez que está trabajando palmo a palmo con la fiscal…
– Con toda la información que han podido obtener, ¿cómo puedes definir a Santiago Maldonado?
– Santiago es un joven que podríamos definir como aventurero, como una persona que va por fuera del sistema. No le interesa el dinero. Es un joven que no le interesa el intercambio mercantilista. Siempre le gustó la pintura y estudió Bellas Artes en La Plata. Viajó a Rocha, Uruguay; estuvo en Valparaíso y Chiloé, Chile, y allí aprendió a tatuar.
NEGACIONISMO
– ¿Qué sensación te genera la construcción del relato de los grandes medios?
– Lo que ellos necesitan es sostener la negación del Gobierno sobre este tema. Como el Gobierno lo niega ellos también tienen una postura negacionista, los medios no hacen más que avalar esa postura y van en sintonía: Clarín, La Nación, Lanata, Leuco… Me genera mucha indignación, por eso trato de buscar la verdad. De conocer cuál fue el rol de los efectivos de Gendarmería que participaron, sean de El Bolsón, Esquel, General San Martín… porque también hay una clara protección por parte del Gobierno a esos funcionarios de Gendarmería.
Ellos también necesitan generar un chivo expiatorio, la construcción del relato. En cualquier momento titulan “el artesano guerrillero”. Algunos medios están pasando un momento de psicosis notable. Y la aparición de una noticia falsa, como la aparición de un cuerpo en la zona de Epuyén, no es más que un tubo de ensayo para medir la reacción pública con una noticia de semejante impacto.
– Frente a ese relato cómplice del Gobierno y los medios ¿Cuál es tu hipótesis de lo que ocurrió aquel primero de agosto con Santiago Maldonado?
– Que Santiago fue secuestrado, detenido y desaparecido por la Gendarmería. Ellos tienen que explicar dónde está Santiago. Y no descartaría que lo hayan llevado a tierras de Benetton que son las más cercanas.
Duermo muy poco, cuando me levanto pienso en este caso. Siento que tengo una misión, que es buscar la verdad. Ese es mi trabajo. Es aquella frase de Walsh: “Dar testimonios en los momentos difíciles”. Este es un momento difícil, es un momento de mierda, ¿para qué uno quiso ser periodista sino para contar esto?
– ¿Para quién es un momento de mierda?
– Este es un momento de mierda en todo sentido. Tenemos un Gobierno de derecha que tiene un trazo, un eje, absolutamente represivo. Esta situación es un punto nodal en el desarrollo de este Gobierno que lleva menos de dos años. Si este caso no se aclara y siguen diciendo que Santiago no está es un retroceso absoluto.
Su discurso es “videlista”. Videla decía que los desaparecidos no existían, que no están en ninguna parte. Fijate que cuando le preguntan a Macri por Santiago Maldonado él hace un gesto de desprecio, baja la mirada y le pasa el micrófono a Marcos Peña, y cuando le preguntan a María Eugenia Vidal sobre Santiago también hace un gesto de desprecio y le pasa el micrófono a otro funcionario. Más negacionismo que eso no puede haber… esos gestos son un mensaje en sí mismo.
– ¿Qué nos queda hacer como ciudadanos?
– Me parece que una parte importante de la sociedad está movilizada, pasó en el fallo de la corte por el dos por uno, pasó también en la marcha en Plaza de Mayo el pasado 11 de agosto. No creo que este Gobierno con estas formas de ejercer el poder tenga la absoluta convalidación de la población argentina. Eso está en cuestión, está en debate. Y este caso no hace más que abrir ese debate y profundizarlo porque hasta que no se sepa dónde está Santiago este Gobierno no va a estar tranquilo.
Esto no es lo mismo que Julio López. López declara en contra de la banda de Etchecolatz y Camps y su desaparición está vinculada directamente con esos elementos residuales de la maldita policía y la bonaerense. No es lo mismo: acá hay una fuerza federal que ingresa a un territorio indígena y se produce la desaparición de un joven de 28 años. No es lo mismo.
– Como periodista ¿cuál sería el título de esta entrevista?
– El título es ¿Dónde está Santiago? Que se hagan cargo y digan dónde está Santiago. Que digan dónde lo llevaron. Que la justicia se ponga los pantalones y que investigue. Que allanen los campos de Benetton. Acá hay situaciones sumamente graves, si este caso no se esclarece va a condicionar la continuidad del sistema democrático en la Argentina.
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