(Por Gabriel Fernández*) La nómina difundida por el nuevo Frente Unidad Ciudadana contiene el equilibrio justo. Ese aserto, que resultó más longevo en el imaginario popular que la muy nacional marca que alguna vez lo promovió, permite entrever -en combinación con aspectos del acto de Arsenal y el borrador de programa conocido a través de las redes sociales- la persistente potencia de Cristina Fernández de Kirchner así como la visible -aunque para muchos algo misteriosa- continuidad del movimiento que la vio nacer.
Lo que ha ocurrido en las últimas horas resultó posible debido a una situación general que pretenden ignorar los ajenos y por lo común desconocen los propios: el esquema económico financiero y primario que se impuso a nivel planetario sobre mediados de los años 80 y se expandió en la década siguiente, ladra y lanza tarascones como lo hace una bestia acorralada y en retirada. Nadie dijo que sería fácil cazar esa deformidad a veces llamada neoliberalismo, pero su parasitismo la ha dejado anémica. Si no se comprende ese parámetro y se insiste con la “oleada conservadora” como premisa analítica, todo carece de sentido. Es probable que la Argentina y Brasil, en los años venideros, salgan del camino barroso y sin rumbo para reenfocarse sobre una autopista de mejor andar, con un horizonte tecnológicamente enlazado con el desarrollo humano en sentido pleno. Se reafirmaría de ese modo aquello que nos gusta precisar: mientras mejor, mejor. El sacrificio de las personas sólo contribuye a deteriorar las variables macroeconómicas.
AGUDEZA
Vamos al asunto. La designación de aquél canciller que contribuyera a articular el arranque del Unasur como candidato a senador al lado de la ex jefa de Estado implica un justo reconocimiento individual, pero sobre todo, la inclusión de la carnadura práctica de la inteligencia peronista de rasgos terceristas en una zona visible de la vida política. Ese posicionamiento mundial es base –como observamos hace instantes- del quehacer local. Y además, un gesto hacia una organización que brindó cauce a decenas de miles de jóvenes de las capas medias y bajas para una digna militancia territorial durante la Década Ganada.
El error de la conducción del Movimiento Evita radicó en solicitar refuerzos externos inferiores a la jerarquía de su propio plantel. En vez de volver a alzar a Jorge Taiana y de promover a varios de sus mejores cuadros en despliegue, intentó potenciar a quien había rechazado la candidatura al cargo político más importante del país por fuera del Ejecutivo Nacional. Aquél dislate, aún hoy sin más explicación que el deseo personal del implicado, tuvo algo que ver en la derrota electoral bonaerense del 2015. La vindicación del ex ministro de Relaciones Exteriores, por tanto, pone blanco sobre negro la importancia de buscar en las barriadas propias.
El otro punto esencial, de escasa repercusión mediática pero bien conocido por los seguidores de Sindical Federal, es la designación de genuinos dirigentes gremiales en la nómina. La presencia de Vanesa Siley (Judiciales – CFT), de Hugo Yasky (Docentes- CTA) y de Walter Correa (Curtidores – CFT) brinda realce y recompone anteriores distancias. Premia a quienes acompañaron con perspicacia los buenos tiempos y pelearon a brazo partido desde el arranque del decadente macrismo. Curiosamente, también alecciona a quienes hicieron tabula rasa con el movimiento obrero y desestimaron a todos los dirigentes como burócratas sin comprender la complejidad que late en su interior.
Estos candidatos, y la mayor parte de quienes forjan la lista de Unidad Ciudadana, combinan bien con un punteo de intenciones conceptuales que –si se lee con atención- hilvana con el programa de 26 puntos planteado hace varios meses por la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT. Tiene, además, una virtud atractiva en política: muchos de sus ítems fueron cumplidos o estaban siendo impulsados durante la gestión nacional popular al frente del Estado. Es decir, se venían desarrollando. La concreción tiene su importancia a la hora de alzar una propuesta que se entienda realizable.
El lanzamiento de todo esto se suscitó días antes, en el estadio de Arsenal de Sarandí, Avellaneda. La ubicación resultó exacta, y no sólo por contar con una intendencia afín. La historia misma del peronismo está muy relacionada con ese Sur vibrante, profundo y pensante; y por tanto, siempre castigado. La línea invisible que va de La Boca, en la Ciudad de Buenos Aires, hasta La Plata, capital provincial bonaerense, contiene una síntesis de lo mejor que brindó esta región política a la nación en su conjunto. El público presente, que pasó el trapo a toda inventiva movilizadora liberal – psicótica, resultó tan popular como juvenil. Y don Arturo Jauretche, desde allá, reiteró aquél diagnóstico.
En ese acto Cristina dijo algo decisivo en estos tiempos cargados de trivialidades honestistas que involucran a Morales Solá, Baby Etchecopar, Lanata, Carrió, Stolbizer y Pagni, con intentos articuladores de quien dice contar con el sillón presidencial en su despacho: “El insulto se lo dejamos a ellos”. Junto a la evidencia personalizada de las consecuencias del ajuste, la líder opositora configuró un mensaje que dio por sentada la adhesión nacional popular cercana y se dirigió a otros espacios, menos atravesados por esa identidad, más influidos por los medios de comunicación, dubitativos entre su bolsillo y la propaganda que queda bien.
INTERROGANTES
La vida sin problemas es perder el tiempo a lo bobo, indica una banda con origen geográfico y social cercano al de la ex presidenta, al de quien esto escribe; desde ese lugar que marca el trazo final del logos político antedicho, con su brisa más fresca y esa arbolada interrelación de ciudad con llanura interminable, puede decirse también: el periodismo nacional popular sin crítica, apenas consiste en articular aplausos y justificaciones. Así que pese a la tensión profunda de aquellos que anhelan confundir lealtad con ausencia de circunvoluciones, vamos a realizar un puñado de objeciones.
La más importante es la modalidad de construcción. Para bien –designación de Taiana, por caso- o para mal –exclusión de Taiana en un baño de humildad- las resoluciones son verticales y las perspectivas de debate horizontal resultan ilusorias. Como la militancia kirchnerista dura gusta posicionarse en el área izquierda del ámbito político, cabe indicarle que la elaboración conceptual de abajo hacia arriba, la libertad expresiva de las voces bullentes de un movimiento intenso, los saberes que deambulan en el seno del activo popular, tienen un sentido y ameritan cauces. No solo porque eso es justo sino porque al quedar fuera de toda decisión, la acción política limitada a la reiteración de slogans y pega de carteles, desmoviliza.
En sintonía: la formidable e insultante caracterización de traidor y agente de Clarín para todo aquél que manifiesta una discordancia con algún aspecto de las determinaciones de la cúspide del espacio político, es a la vez injusta y generadora de heridas que promueven nuevas fracturas a futuro. Curioso resulta observar cómo heroicos twiteadores condenan al infierno a pibes que han hecho de la militancia territorial en zonas postergadas el eje de su labor. Lo sabemos: alguien, indignado como un español, se sienta a la máquina y se dedica a brutalizar el debate político hasta tornarlo agravio sin más pruebas que el pensar diferenciado.
Es para un azoramiento similar hallar personajes que no trepidaron en sostener a todos y cada uno de los ministros del gobierno anterior y en devaluar cualquier crítica o advertencia acerca de la capacidad de los mismos, convertirse de un día para el otro en censores de quienes resuelven dudar de las nuevas versiones conspirativas que los involucran en acciones antikirchneristas.
Es lógico que, ante el desplazamiento de figuras relevantes del gobierno que reivindicamos, se adopte una sana distancia para reflexionar qué ha ocurrido, por qué ayer si y hoy no, sin obedecer ciegamente a quien señala al desertor y pretende que corramos a su zaga para establecer un linchamiento político.
DISCURSOS
Finalmente. Se avecina una elección importante. En el medio, una buena parte del movimiento obrero ha advertido que realizará una gran movilización contra el plan económico que contiene ajuste y despidos, apertura importadora, endeudamiento, desnacionalización y, en definitiva, empobrecimiento masivo mediante una enorme transferencia de recursos. El comicio de octubre es la oportunidad de evidenciar ese malestar en clave política. Es claro que Cristina Fernández de Kirchner es la candidata de mayor y mejor perfil nacional popular. La que tiene el piso más elevado y la que preocupa a fondo al sistema de estructuras. Es cierto también, que cuenta con un techo firme, porque a quienes no la aman, les cuesta dejar de odiarla.
Veremos si la táctica discursiva favorece la ampliación de sus posibilidades. Hasta ahora las experiencias destinadas a conquistar los no peronistas y los no kirchneristas han ofrecido tenues resultados. Discursos progresivos que pretendieron calar en las capas medias “contreras” chocaron con barreras construidas con taras psicológicas, zonceras y propaganda. El antipueblo es, también, una tradición argentina. Su desmonte resulta el gran objetivo para evitar recaídas perjudiciales. Queda el interrogante: al registrarse otras dos listas que manifiestan una identidad equivalente y al persistir el alejamiento de franjas inicialmente identificadas con el tramo orientado por Néstor Kirchner ¿no habría que mejorar el trato con esas cercanías corcoveantes?
Pues la pregunta es de dónde saldrán los votos que faltan para arrimar a la victoria. Quién sabe cuál es la verdad. Todo esto, sólo puede responderse a la luz de los resultados. Pero volvemos al comienzo: lo cierto es que la lista presentada por Unidad Ciudadana, posee el equilibrio justo. Es, sin claroscuros, una gran opción para nuestro pueblo. Ojalá resulte valorada en su exacta dimensión. Si es así, la perspectiva de barrer al macrismo se agudizará notoriamente.
* Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
Estimo como muy importante la participacion del movimiento obrero entre los candidatos, quizas yo hubiera incluido a Palazo, que aunque radical, en su actuar parece el mejor de los nuestros.
Vengo criticando desde hace años que en los discursos de campaña los candidatos no hablan de los trabajadores, (Peron se dirigia solo a ellos), tampoco se escucho en Arsenal mencionarlos, no esta demas recordar que por muchas decadas fue la columna vertebral del movimiento, yo diria es el ejercito con las mejores estructuras, mejores armas, mejor poder de financiacion para desarrollar el combate, mas y genuina posibilidad de crear daños al enemigo, solo habria que posibilitar que lo conduzcan los mejores hombres.
El movimiento obrero ha contribuido al derrocamiento de las dictaduras poniendo el cuerpo de sus trabajadores y dirigentes, han pagado con su vida muchos de ellos y es hora de retomar esa mistica y poner en movimiento lo enseñado por Peron.
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