Por Sol Giles / Ilustración de Portada: Mora, Esto es Poco Serio
El Papa Francisco,
la flora y la fauna,
de puño y letra San Martín en 1816,
el joven gaucho Rivero mientras izaba una bandera argentina en 1833,
Dardo Cabo y los 17 jóvenes de la Operación Cóndor en 1966,
y hasta Charles Darwin después de comerse un asadito en tierra argentina.
Lo dijo Miguel Fitzgerald aterrizando en Malvinas y Raymundo Gleyzer filmando las islas por primera vez.
Lo dijo Paul Groussac y el socialista Alfredo Palacios.
Lo dijo Forja y Atahualpa Yupanqui.
Lo dijo José Hernández.
Lo dicen las seis mujeres instrumentistas quirúrgicas que se inscribieron voluntariamente para ir a las Islas para defender la soberanía de nuestra Patria.
Y hasta lo dicen los albatros
y los petreles
y las ballenas
y los delfines.
Lo dijo el presidente Arturo Illia.
Lo dijo Juan Domingo Perón hace más de medio siglo,
la historia doliente de la guerra satánica del ´82
y Raúl Alfonsín también.
Lo dijo el militante y presidente corajudo Néstor Kirchner mientras miraba a los ojos al primer ministro inglés y a todos los presidentes de los Estados del mundo.
Lo afirma Cristina, una y otra vez,
junto a los ex combatientes, junto al pueblo argentino,
de la región
y del mundo.
Lo reconoce la ONU,
la OEA,
el G77 + China,
la Unión Europea y los 18 Grupos Europeos Pro Diálogo sobre la Cuestión Malvinas.
Lo dice Asia,
la India,
Cuba,
Costa Rica,
el PARLASUR,
la UNASUR,
el MERCOSUR,
todos y cada uno de los 54 países de África.
Lo dicen los países de Arabia Saudita y Medio Oriente,
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac),
la Cumbre Iberoamericana,
la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi),
la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba),
la COPPPAL (Conferencia de Partidos políticos de América latina y el Caribe)
y la Conferencia de Partidos Políticos Asiáticos (ICAPP).
Con amor lo grita mi vieja,
tu vieja,
y tantos más.
Menos ellos,
los de siempre.
Los hijos bobos del Tío Sam,
los que salen en cadena nacional por las pantallas del odio y del monopolio,
los títeres del imperio,
los que entre las uñas tienen sangre de guerra y dictadura,
los que odian al pueblo y a la democracia,
los cipayos de hoy y de siempre.
Este no es un manifiesto kirchnerista ni una proclama a la crispación.
Es la realidad.
Es la historia.
Es defender lo justo: nuestra Patria, nuestra historia, nuestra sangre.
Las Malvinas son argentinas y mientras…
ellos dicen que todo está perdido
y el pueblo sigue entregando su corazón.