“HAY QUE PENSAR POR QUÉ PERDIMOS”

Guapo como su abuelo, laburante como su padre y humilde tal cual a su madre. Manos así de grandes que no sólo expresan rimas, chistes o canciones. Una sonrisa que todo lo abarca, propia de aquel que lucha todos los días con alegría y humor. Desde que supo de las torturas del terrorismo de Estado…