Las cifras se instalan de forma misteriosa y establecen que ayer fueron 50 mil los que marcharon a Plaza de Mayo, con los trabajadores del Estado y sus miles de despedidos como actor central, pero rodeados por carteles individuales y de todas las organizaciones que se puedan imaginar. El número que ofrecieron las fuentes policiales es importante pero no alcanza para transmitir cómo las calles del microcentro porteño rebalsaban de cuerpos azotados por el sol de febrero, desde la Pirámide central, extendiéndose por Avenida de Mayo hasta la 9 de julio, cubriendo parte de las diagonales Norte y Sur.
Por Vanina Pasik / Fotos: María Eugenia Olazábal y Facundo Miguel Nívolo
La plaza se pudo llenar, y exclusivamente con organizaciones populares, con la Central de trabajadores que sigue peleando por su personería jurídica (estuvieron juntas las dos CTA), y la de los trabajadores de la economía popular (CTEP), los partidos de izquierda, las organizaciones sociales kirchneristas, pequeños agrupamientos, agrupaciones y grupos de trabajadores que aclaraban sus pertenencias en carteles caseros. La medida de fuerza se replicó en varios puntos del país.
Durante los primeros años del kirchnerismo esa plaza sólo se llenaba cuando aportaban los suyo las estructuras que habían sido centrales en la etapa anterior: los intendentes del conurbano que el voto popular fue pasando a retiro, los sindicatos de la CGT que se ve que les queda un resto de paciencia. Ayer no estuvieron. Y la plaza se llenó, y la presencia fue rotando.
En 2003, cuando asumió el poder Néstor Kirchner, le dijo al líder de un movimiento de trabajadores desocupados (MTD) que le había ido a reclamar por el aumento de los planes sociales, que su voluntad era que “ustedes suban varios escalones, y queden en el centro de la escena política”. Efectivamente, el crecimiento de esas organizaciones sociales fueron entrando en el escenario político, fueron creciendo en sus formas organizativas, y ayer, sin ayuda de nadie más, llenaron hasta rebalsar esa histórica Plaza.
Audio: Marcelo Koenig, Descamisados
Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de ATE-Nacional, criticó “las políticas de ajuste, despidos y de represión a la protesta social aplicadas por este Gobierno”, y en forma paralela hizo un “fuerte llamado a la unidad de todos los sectores para alcanzar una victoria, parar frenar los despidos de trabajadores, alcanzar la reincorporación de los despedidos y para parar las políticas de (Mauricio) Macri contra los trabajadores y el pueblo”.
El secretario general de ATE-Capital Federal, Daniel Catalano, destacó el “grado de unidad en la lucha con la presencia de los compañeros Hugo Yasky y Pablo Micheli”, ambos secretarios generales de la CTA, y advirtió que los estatales no aceptarán “ningún techo para las paritarias” ni “el ajuste económico sobre los trabajadores, como tampoco aceptamos los grandes aumentos y los tarifazos en los servicios públicos”.
Audio: Roberto Baradel, CTERA
La cantidad de dirigentes agolpados en los tablones era la foto de un escenario políticos que desconcierta por la voracidad en los cambios. Cuando la perspectiva de los derechos es subsumida a la ecuación económica, los trabajadores del Estado son los primeros en advertirlo.
“Somos un equipo listo para salir a trabajar, pero hace dos meses que nos tienen frenados”, contó Verónica, del Programa Organización Comunitaria en Salud. El programa tiene 40 camiones equipados con consultorios médicos, odontológos, psicólogos, aparatos de diagnóstico por imágenes y vacunas. Hasta diciembre recorrieron el país haciendo prevención de la salud. En los dos meses que llevan sin trabajar, 12 mil pacientes quedaron sin atención.
Audio: Andrés Asiain, Economista
Mientras la Plaza vibraba con estos temas, la prensa masiva mantuvo el eje del debate en la cuestión del Protocolo contra toda forma de protesta que publicita Patricia Bullrich, se centraron en el “caos” del tránsito. El minuto a minuto se llenó de indignados por el “caos”. La única medida de seguridad para los manifestantes, fue su propia masividad. Y esto recién empieza, porque cómo advirtió Hugo Yasky: “si el gobierno no da respuestas se va a profundizar el plan de lucha”, y las calles volverán a llenarse de un caos variopinto decidido a dar batalla por los derechos conquistados.
Audio: Emilio Pérsico, Movimiento Evita
