Un fantasma recorre argentina: el inquilino. Gervasio Muñoz, referente de la organización Inquilinos agrupados cuenta a Vamos a Volver cómo este nuevo actor social es visibilizado por la alianza Cambiemos. “Alquilar se puede” Fue uno de los slogans del PRO en la Ciudad de Buenos Aires para paliar su falta de política habitacional. El aumento para la renovación de los contratos se estima que será entre un 40 y 60% y crece…

Por Marianela Nappi

El inquilino se ha constituido en una figura de peso durante los últimos 12 años. La recuperación de la matriz económica y social ha permitido el ingreso e incremento de grandes porciones de la sociedad al negocio inmobiliario: la mayoría de ellos mediante el alquiler de propiedades, los menos, en calidad propietaria.  Según el Censo Nacional de Población, entre 2001 y 2010 el porcentaje de viviendas cuyos habitantes son propietarios bajó del 71 al 69%, mientras que la cantidad de inquilinos pasó del 11 al 16%. Estos números afectan a grandes núcleos poblacionales en territorio argentino, especialmente, en Ciudad y GBA, Córdoba, Mendoza y Sta Fe.  Ante esta situación, Gervasio afirma que “cada vez es más difícil ser propietario porque éstos cada vez están más concentrados: tienen más viviendas y son menos”

Muñoz, en comunicación con Vamos a Volver, hizo referencia a que “ahora los grupos familiares pueden acceder al alquiler de una vivienda, en función de eso, el mercado inmobiliario se ha vuelto cada vez más despiadado. Hay también una característica de todo el país y es que el Estado no intervino nunca en el mercado inmobiliario. No ha tenido políticas para los inquilinos y no ha estado a la altura de las circunstancias, y esto no sólo sucede en Argentina, sino en todo el mundo”. Y continuó “cada vez hay más inquilinos porque es más difícil ser propietario”.

Desde las organizaciones de inquilinos del país, de acuerdo a lo mencionado por el referente de Inquilinos Agrupados, comparten un diagnóstico de urgencia: frente a la crisis económica y la depreciación del salario real gracias a la enorme inflación, el aumento desproporcionado de precios y los altos valores que maneja la cartera inmobiliaria “para quienes destinan más del 50, 60 o 70% de su salario en alquiler, va a ser muy difícil afrontar esta situación”, afirma Gervasio Muñoz.

La organización vence al tiempo

El frente de inquilinos se ha constituido como una organización con cierto peso simbólico y político en distintos rincones del país. Del mismo forman parte diversos grupos que adquieren distintas modalidades políticas dependiendo del territorio en el que se encuentran: en La Plata y Capital Federal tienen un tinte más onegeista; en Neuquén comenzaron con una organización de inquilinos y luego se conformó un partido político que disputó en la capital provincial; en el caso rosarino la organización de inquilinos tiene más relación con sindicatos; y en Chubut forman parte de la Asociación de Trabajadores del Estado.

Las diversas experiencias comparten ciertos ejes. En conjunto comenzaron a pensar un proyecto de ley que tenga como objetivo final la regulación, visibilización y garantía de acceso del inquilino. En este sentido, Muñoz comenta que hay dos  propuestas estructurales en este proyecto “una es el plazo mínimo del alquiler, que hoy es de dos años y nosotros estamos planteando que el mínimo sea de tres. Esto sería un golpe enorme para el mercado inmobiliario, sólo en la Ciudad de Buenos Aires esto significa un millón de pesos menos por día para esta cartera. Esto representaría un millón de pesos más que queda en el sector de los inquilinos. La otra propuesta es que el precio del alquiler esté atado a los índices de inflación del Indec y que los mismos sean anuales”.  La realidad actual, en este último punto, es que los mismos son ajustados de forma semestral – aproximadamente en un porcentaje que va del 15 al 20% – generando una reactualización de los valores de forma regular de acuerdo a los precios del mercado y sin ninguna intervención estatal.

El problema del acceso

La problemática habitacional en los grandes focos urbanos del país devino estructual. El alquiler ha sido la forma en que, en los últimos 30 años, se ha constituido como el acceso más inmediato a una vivienda. La “informalidad” también forma parte de una nueva forma de acceder a un techo en la urbe: hoteles, pensiones, villas y conventillos conforman la oferta actual en el mundo inmobiliario. “Nosotros queremos que esas formas de alquilar, sean justas. Que estén reguladas, que haya leyes que protejan al inquilino y que el alquiler represente, como en el resto del mundo el 20 o 25% del salario. Y esto se puede hacer, pero hay que tomar medidas integrales en materia de vivienda. No alcanza con darle créditos a aquellos que siempre pudieron obtener créditos. Hay que intervenir el mercado inmobiliario”, explica Muñoz a VaV. Y agrega “se manejan millones de pesos por día que se transfieren desde el sector de los inquilinos al sector privado. Eso es lo que hay que regular”.

¿Alquilar se puede?

La gestión macrista, en Ciudad de Buenos Aires, lanzó el año pasado un programa llamado “Alquilar se puede” como respuesta política a la crisis habitacional que se vive, particularmente al sur de la ciudad de Buenos Aires desde la Avenida Rivadavia en adelante. El programa institucional es impulsado por el Instituto de la Vivienda (IVC) y hasta finales del 2015 sólo 10 familias de 15 mil inscriptos pudieron firmar un contrato de alquiler. La propuesta marketinera de “alternativa a aquellos vecinos que no son aceptados por el mercado formal de alquileres por no tener ingresos registrados”  como se menciona en la web institucional, ya lleva gastados más de 80 millones en publicidad.

Sin embargo, Gervasio Muñoz, destacó que “la única fuerza política que se animó a hablarle a los inquilinos fue el PRO. Aún gobernaba Cristina Fernández y el PRO fue el único que dijo ‘el inquilino existe y tenemos que tener una política para ellos’. Por supuesto que fue una política completamente cínica, de mercado”.  Y agregó: “es todo mentira, ya sabemos, pero la organización de inquilinos en Capital Federal empieza a tomar protagonismo cuando sale el Alquilar se Puede. Porque más allá de las intenciones del PRO, es el único que entiende que hay un sector ahí, que tiene una demanda y que hay que hablarle”.