“No se va construir unidad entre dirigentes. Es bueno que logremos una lista que nos contemple a todos (…) pero la verdadera unidad se va a construir en la calle”, advirtió en el Congreso Nacional del Partido Justicialista Fernando “el Chino” Navarro, y rememoró que el peronismo no nació en un congreso, sino un 17 de octubre de 1945, con trabajadores en la calle. En el encuentro se definió que habrá elecciones el 8 de mayo, y que se trabajará para lograr una lista de unidad que encabece el sanjuanino José Luis Gioja; hubo una moción para votar todos unidos para evitar el endeudamiento y se ratificó que las autoridades se elegirán por voto directo de los afiliados.
Por Vanina Pasik
“El peronismo se recrea en el conflicto: Néstor no hubiera podido hacer lo que hizo sin un 19 y 20 de diciembre, sin lo del Puente Pueyrredón”, dijo Navarro. El Congreso sesionó en simultáneo con la primera movilización masiva en contra del Gobierno, que reunió a 50 mil personas en la Plaza de Mayo -según las cifras que difundió la Policía Federal-, y que nucleó a los trabajadores despedidos representados por ATE, a sectores de la CTA que desde hacía años que no lograban la unidad en la acción, a los trabajadores de la economía popular (CTEP), a las organizaciones sociales kirchneristas, a los partidos políticos de izquierda, entre pequeñas agrupaciones y grupos familiares que también se acercaron a acompañar la movida.
“Reconfiguremos el término dirigente: quiere decir dirigir gente. Y nosotros en los últimos años, un poco achanchados por el poder institucional, le hemos dado ese título a algún funcionario que ahora cuando no tiene cargo no conduce ni al cadete”, dijo Navarro y provocó aplausos, ovación.
Los 622 congresales, reunidos en el estadio de Obras Sanitarias, lograron consensuar quién irá a la cabeza de la lista de unidad. Pero se requiere un tiempo más para una ingeniería ardua, para acordar los 75 lugares en el Consejo Nacional Federal peronista, y entre ellos los 28 que integrarán la mesa directiva, repartidos en una presidencia, cinco vices y 22 secretarías.
La prensa liberal se centró en remarcar algunos puntos ríspidos, y se regodearon en señalar desacuerdos de un sector al que adoran demonizar: La Cámpora. Lo cierto es que el primer contrapunto arrancó cuando Gildo Insfrán propuso reformar la Carta Orgánica del PJ y que las autoridades del partido volviesen a ser electas por los congresales a partir de 2020 y no por el voto directo de los afiliados, como ordena el reglamento.
Fue el santafesino, Agustín Rossi, quien detuvo a viva voz la votación, destacando que la elección directa de los afiliados había sido la conquista de la renovación que encabezó Antonio Cafiero, para evitar el aislamiento de la cúpula partidaria, y dar control a la militancia. El jefe del bloque de senadores nacionales, Miguel Ángel Pichetto apoyó la moción de que esta discusión se postergue hasta la elección de nuevas autoridades, y logró frenarla.
Después hubo un segundo punto de debate. El intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, pidió agregar una moción de orden para que todos los integrantes del PJ voten en contra del levantamiento de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano. El planteo significa mandatar a los legisladores propios contra la orden de un juez municipal neoyorquino, Thomas Griesa, y su cómplice local, Mauricio Macri, de cambiar la legislación nacional como antesala para el acuerdo con los fondos buitre que se negaron a entrar en los canjes de deuda y siguieron especulando a través del litigio. Este planteo fue ovacionado por la mayoría, afianzando al peronismo como un partido anti colonial.
“No vamos a poner palos en la rueda para endeudarse para construir una calle. Pero sí vamos a poner palos en la rueda para esto. No queremos pagar deuda los próximos 30 años”, dijo Mussi. “Hace 70 años la consigna era Braden o Perón, y hoy estamos frente esa misma consigna: fondos buitre o Argentina”, apoyó el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. El jefe de la bancada del FpV en la cámara baja, Héctor Recalde respaldó el pedido. En contraposición, el senador Miguel Ángel Pichetto, recordó que hay gobernadores e intendentes del peronismo que necesitan acceder a préstamos internacionales para mantener a flote a sus distritos. Fue abucheado.
Autocrítica
“Qué importa que hayamos perdido por poquito: ¡Perdimos!”, gritó el Chino Navarro, número dos del Movimiento Evita. Propuso reflexionar en cada distrito, con la militancia, qué pasó para que ganara por primera vez “esa derecha que nunca superó el 20 por ciento de los votos”. “Y lo sufre nuestro pueblo, los más humildes, los trabajadores”, remarcó y comenzaron los aplausos.
Reconociendo como propio al verticalismo que ordena a los justicialistas, consideró que en el año 2016, cuando la tecnología permite la comunicación instantánea, la política debe tender a ser más horizontal. “Tenemos que discutir y luego acatar lo resuelto: no nos pueden venir a decir qué hacer si no hay un debate previo”, remarcó.
“No somos soldados, somos militantes, tenemos iniciativa, representamos compañeros. Pensamos que después de la dictadura y de los años 90, el concepto de consumidor le ha ganado al de ciudadano, y se ha construido un individualismo que hace que nos cueste entrar con nuestro discurso en los barrios populares. Todos sabemos que en los grandes centros urbanos hemos perdido votos en la barriada, y lo tenemos que reconocer”.
En ese sentido, Navarro señaló que más allá del valor de los encuentros de la dirigencia, es necesario “volver al barrio, a la cuadra, a la esquina” para “hacernos cargo de los problemas, militar” y “desde allí construir la unidad”, propuso. Además, recordó que el 54% de los votos obtenidos en 2011 se lograron con un marco de unidad amplio y que muchos “compañeros” se alejaron. “Es fácil decir que son traidores, total las derrotas las paga el pueblo”, criticó. Y pidió que se reconozcan los posibles errores, que se permita el debate horizontal, y propuso ir a buscar a los que se fueron “hay que ir a buscar a todos los compañeros para volver a ser mayoría”.
“No hay transformación sin el peronismo, pero con el peronismo sólo no alcanza”, remarcó, y recordó que Juan Hortensio Quijano, compañero de fórmula de Perón en el 46 era un radical de Corrientes. Así, Navarro propuso dar una perspectiva frentista al PJ y pidió que “no busquemos mariscales de la derrota”, que “estemos orgullos de los 12 años” y reconoció que “hemos cometido errores, pero a Cristina la atacan por los aciertos”.
Para cerrar reivindicó a los anónimos: “a los que en Gran Resistencia, Fiorito o La Cárcova ya no llegan al día 30, a los pibes que la policía ya está apretando, a los trabajadores que ya echaron, a las industrias que están suspendiendo compañeros. Ahí tenemos que estar nosotros, ahí se va a reconstruir la unidad”.
Junta electoral
El PJ concibió una Junta Electoral de 13 miembros, de la cual se destacó que La Cámpora no quiso participar. Está integrada por: Hugo Curto, ex intedente de Tres de Febrero; Celso Jaque, ex gobernador de Mendoza; Daniel Barrera, quien responde al jefe del PJ Bonaerense, Fernando Espinoza; Cristina Alvarez Rodríguez, vicepresidenta del PJ Bonaerense; Silvina Frana (Santa Fe), la diputada nacional entrerriana Carolina Gaillard, Hugo Insausti (Jujuy) y Armando Cabrera (Formosa). Además, la completan Jorge Franco (Misiones); Bernardo Herrera (Santiago del Estero); Marina Riofrío, senadora nacional por San Juan; Máximo Rodríguez, quien responde a Curto; Marta Cascales, esposa de Guillermo Moreno, y Mauricio Mazzón, referenciado en el Bloque Justicialista e hijo del fallecido operador peronista Juan Carlos “Chueco” Mazzón.
El viernes 8 de abril al mediodía vence el plazo para la presentación de candidatos. Si logran acordar una lista única, las autoridades del partido confían en que podrán ahorrarse el formalismo de ir a las urnas y erigir a la nueva conducción por mera proclamación. Sortearían así la amenaza de intervención judicial que pende sobre el partido.