Marcelo “Cuino” Scornik tuvo una vida convulsiva. Escribió, junto con Calamaro, himnos del rock nacional como Mil Horas, No me pidas que no sea un inconsciente, El Salmón y Estadio Azteca. Hijo de padres psicoanalistas fue a Ezeiza el día que regresaba el General Perón con tan solo 14 años y las balas le zumbaron los oídos, estuvo exiliado en México entre el ’76 y el ’79, a su regreso cayó en cana por poco más de un mes y sacó número bajo en el sorteo para ir a Malvinas. La única adicción que le queda es mirar series en Netflix, sobre todo desde la noche del balotaje.
Por Dolores Insúa/ Fotos: Osky Barraza y archivo
De chico vivía en “Villa Freud” que es la forma de designar la casa de sus padres, psicoanalistas ambos. En la Escuela del Sol conoció a Andrés Calamaro pero no llegaron a hacerse amigos en aquella época. Su padre y el de Calamaro se conocían porque los dos participaban en política. “Mi papá era socialista de cuando había algún socialismo bueno. Tuvo que ver con la famosa reforma universitaria y el papá de Calamaro llegó a ser una personalidad muy importante del MID, también de cuando había un desarrollismo nacional que muchas veces jugó aliado con el peronismo.”
Hoy día además de las canciones que escribe por gusto y de las que toca en su propia banda, participa ocasionalmente como letrista de otras tales como Estelares, un grupo que se origina en La Plata liderada por Manuel Moretti, colega y amigo de Marcelo y Los Animalitos que si bien no tiene un estilo rockero como acostumbra sabe reconocer el talento del ex- Auténticos Decadentes, Nico Landa. Próximamente va a estar listo su último Cd como solita con temas inéditos.
¿Cómo viviste la vuelta de Perón a la Argentina en 1973?
“Ese día me lo acuerdo como si fuera hoy. Arrancó a la mañana temprano y el punto de encuentro era en el Colegio, había mucha gente y nos subimos a unos micros. Me acuerdo que estaban hasta las pelotas. Supongo que llegamos hasta la entrada de la autopista. Y ahí caminamos. Una caminata larga y además íbamos saltando y coreando ‘viva Perón’. Había muchísima gente, la cantidad de gente que hoy no existe. Como esa vez no existió nunca creo. Se calcula que fue como un par de millones de personas. Había una vibra horrible. Llegamos y nos tiramos al piso muertos de cansancio. Al rato comenzaron las balas y yo sentí que me pasaban por al lado, por el costado, por arriba de la cabeza.”
¿Te asustaste?
“Muchísimo, ningún héroe. Además no sabíamos que hacer. Me acuerdo que lo último que vi fue una columna gigante de Montoneros La Matanza. Tuve un ataque de histeria y apareció un compañero del Avellaneda, el ‘gordo’ Javier, yo estaba en primero o segundo año y el estaba en quinto. Me agarró de los hombros, y me decía ‘Mafalda, Mafalda …’, mi apodo de esa época. Yo no me calmaba así que me dio un cachetazo, reaccioné, me tranquilicé y me dijo vamos despacio y me fui caminando con él. Esa vuelta fue una tristeza. No habíamos visto a Perón, nos habían matado, cada cuadra eran 10, pasaban las ambulancias por al lado nuestro. Un espectáculo siniestro. Después nos tomamos el 36, llegue a mi casa y no me estaban esperando, me estaban velando directamente.”
Los personajes de la política aparecen en todos los fragmentos de su vida, al querer volverse de México donde estuvo exiliado, un cuadro del Peronismo que también se encontraba en la ciudad lo citó con la idea de convencerlo de que no lo hiciera y para ello le pintó el panorama que se estaba viviendo en Argentina con todos los colores y matices: “mirá, yo soy colega de tu viejo, lo conozco hace mucho, estuvimos en veredas diferentes más de una vez y a vos no te conozco pero pa pa pa” una catarata de información mezclada con quejas y advertencias que el Cuino recuerda de esa forma. “Me pintó el panorama y me dijo: si volvés de México, chau”.
Letras y política
“Hay muchas cosas que son políticas, yo veo la política más allá de una cuestión de partidos, de la economía y de las leyes sociales. Creo en la política como un instrumento para defender las libertades. Por eso estoy a favor de la despenalización de la marihuana y del aborto.” Abajo algunos ejemplos.
(…)mucho traje de fajina y con el precio que tiene
éste lugar me conviene gente fina, delincuente
algunos ya diputados y brindo por nosotros
los tarados que les pagamos
antes pelo, ahora gente
antes lucha ahora circo
antes pán, ahora clonazepán.
En el disco Basta Cuino hay una canción que hizo para Kosteki y Santillán. No se había escrito hasta ese momento sobre lo que pasó en el puente.
(…) en este que digo yo esperaba un amigo en avellaneda y constitución
creo que se llama Pueyrredon
mataron a dos
ahí donde nací yo
mataron a dos.
La canción El Salmón fue post asesinato de Cabezas y todo pasaba en Pinamar. Habla de una muerte mafiosa y del manejo político alrededor de eso.
(…) No pienso estar enero en Pinamar
No me excita cagar en el mar
Que tentación yo me voy al bolsón
Reservé por ahí una gran suite.
Te estarás preguntando por el cohete en el pantalón. Lo más probable es que de alguna manera tuviéramos en la cabeza los famosos misiles de Malvinas y fumábamos porro y el pito duro. Las canciones muchas veces salen de una forma medio inconsciente y muchas veces las interpretaciones vienen después. En la famosa canción Mil Horas se entrecruza la guerra de Malvinas con alguna imagen fálica.
(…) Yo me pregunto
Para qué sirven las guerras
Tengo un cohete en mi pantalón
Vos estás tan fría como la nieve a mi alrededor
Vos estás tan blanca, que yo no sé qué hacer.
“Hay muchas canciones mías con un tono más gracioso, otras más íntimas y otras son transgresoras y yo creo que la transgresión es política, en el terreno que sea. Las canciones para mi son revulsivos. Una canción tiene un significado emisor y tantos significados receptores como gente que la escuche.”
Droga y Rock&Roll
En ‘Villa Freud’ siempre se respiró libertad, quizás de la mano del psicoanálisis. Cuenta que los padres no tenían problema con que fuera a recibir a Perón a Ezeiza “no sé si tenían problema pero no les parecía que debieran hacer algo tratándose de eso. Sí hicieron todo lo posible primero para que me vaya en el ’76 porque yo no me quería ir y después para convencerme de que no vuelva de México. Lo cual hubiera sido una locura. Yo no era comandante montonero ni mucho menos, tenia 15,16 años pero tampoco hizo falta tanto para que te desaparezcan. Era judío y mi papá psicoanalista, a eso le sumaba que me fui a México y volví.”
No le costó mucho acostumbrarse a la vida en México, rápidamente se hizo amigos con los que andaban “de acá para allá” todos juntos en sus autos. En la ciudad de México había una gran colonia de argentinos exiliados que se caracterizaban por lo que Marcelo llamó “el llanto del exilio”. Personalmente nunca se olvidó de Argentina pero vivió en México como si fuera un mexicano más.
Probó sustancias como adolescente curioso, todavía en el país. Cuando llegó a México exiliado algo cambió. “El faso que había me enloqueció. Y empecé a chupar mucho. La pasé bárbaro. También empecé a consumir algunas cositas, todas. Cada vez que hago una lista de todo lo que probé, me pierdo antes de llegar a la mitad(…)” recita en la canción Metrosexual incluida en el CD Basta Cuino (2005) y se ajusta perfecto a la idea.
Consumía merca, faso y alcohol. ‘Cuando estas tomando mucha merca, dormís y tomas merca. Y lo haces todo el día y estás con gente que está igual que vos. Ya después ni siquiera estaba con gente, estaba con mi pareja de turno. Pero al final ni siquiera estaba en pareja, nada. El tocar fondo, como se dice en el mundo de la recuperación, fue porque yo ya no veía a nadie. Eso era a la noche y después dormía todo el día. Si venían los chicos, a ellos nunca les faltó nada, pero yo les abría la puerta les hacía el desayuno y seguía durmiendo. Llegaba la cena, me despertaban y llamaba a algún delivery.’
Su hija Carla a veces le pasa factura de que dormía mucho. Su hijo Luca se lo toma con humor y hasta hace chistes al respecto. “Ahora no les gusta que me levante temprano. En cuanto a la molestia cotidiana era mejor cuando me drogaba. Porque ahora estoy presente y entonces hincho las pelotas.”
Solo por hoy
Dejó de consumir de un día a la vez y ya lleva 5 años, 7 meses y 25 días. Familiares, amigos y su pareja de ese momento fueron su gran apoyo tanto para empezar a acudir a las reuniones como para continuar en el proceso. “Fui varias veces hasta la puerta. Los grupos funcionan en parroquias y se entra por la puerta del costado. Yo llegaba a la puerta y me empezaba a retorcer como el chico de la profecía y terminaba tomando un café en la esquina. Y había una chica con la que yo medio salía en esa época y me preguntaba fuiste y yo siempre le decía que no y a la tercera vez que le dije que no me dijo te voy a acompañar y te voy a meter de una patada y la verdad que fue casi literal. Tocamos el timbre, preguntamos si eran los grupos, y me empujó para adentro. Y acá estoy. Me acostumbré. Es otra cosa. No me arrepiento de nada pero no lo volvería a hacer.”
Solo por hoy es un lema que lleva tatuado, que resume su vida actual y que usó como título de una canción que creó junto con Manuel Moretti para Estelares. Manuel dice que ‘la canción ya estaba y él vino y me preguntó si podía ponerle solo por hoy que tiene que ver con el trabajo que estaban haciendo en narcóticos anónimos y le dije sí, por supuesto.’
Cuino y sus amigos
El primer disco de Marcelo fue Basta Cuino, grabado hace diez años y que contó con la participación de grandes artistas que interpretaron las canciones escritas por él. Este año se encuentra grabando su nuevo cd en el que él canta y está muy contento al respecto. Además dice que le gustan mucho las canciones, que son más rockeras, que el disco es más rockero en su profundidad. No es casual que sean Manuel Moretti y Nico Landa dos de los tres invitados que tiene el nuevo cd de Marcelo. “(Nico) Me venía facturando desde el 2005 que no había venido a cantar en el Basta Cuino”. El tercer invitado es Fito Páez, otro de los que no pudo estar en la grabación del primer disco.
Queridos amigos:
“Para mi es una enorme alegría y una felicidad total encontrarme con Marcelo como amigo y también como artista porque a mi me encanta la relación que él tiene con la palabra y con la palabra en el mundo de la canción. Lo que nos unió fue la palabra, los versos. Después la canción es lo que nos termina de unir. Él es un artista, un escritor de versos y canciones que yo quiero, respeto mucho y me inspira.” Manuel Moretti (Estelares).
“Es con la persona que más hablo en el mundo, más que con mi hijo que con mi mujer. Yo creo que es de los mejores de todos, de todos los que yo conozco que escriben. Es el que tiene quizás la picardía y el nivel de síntesis que yo más admiro. Tuve manera de comprobarlo porque hice muchos laburos con él, tenemos muchas canciones juntos. Entiendo que es un dotado de las imágenes, la picardía, en lo sintético que puede llegar a hacer que es lo más difícil en la escritura y en la música: decir mucho con pocas palabras y palabras sencillas. El Cuino hace todo eso junto. Él escribe la letra y sin ser músico y sin tocar instrumentos es un gran compositor de melodías, que no es lo más valorado de él.” Nico Landa (Los Animalitos)